SALVARON LA VIDA 103 PERSONAS EN DURANGO
Apenas había despegado hacia la CDMX, cuando aires cruzados obligaron un aterrizaje forzoso
VUELO AM 2431
UN AVIÓN DE AEROMÉXICO SE DESPLOMÓ AYER MOMENTOS DESPUÉS DE DESPEGAR DEL AEROPUERTO DE DURANGO. LOS 97 PASAJEROS, 2 INFANTES Y 4 TRIPULANTES SALIERON CON VIDA, PERO HAY 76 LESIONADOS. EL HÉROE FUE EL PILOTO, CARLOS GALVÁN MEYRAN, QUIEN PESE A ESTAR HERIDO, PUSO A SALVO A TODOS.
Se incendió minutos después de que sacaron a 99 pasajeros y 4 tripulantes
Un avión de Aeroméxico que cubría un vuelo de Durango a la Ciudad de México se desplomó ayer, momentos después de despegar del aeropuerto Guadalupe Victoria, de Durango. Milagrosamente las 103 personas que iban a bordo salvaron la vida, aunque 76 sufrieron algún tipo de lesión.
La PGR, autoridades de aeronáutica civil, e incluso especialistas de Aeroméxico y la empresa brasileña Embraer, ésta última fabricante de la nave matrícula XA-GAL accidentada, investigan las causas del percance y no han querido aventurarse a hacer un adelanto de los motivos. No obstante, el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, ad- virtió que al momento en que la nave iniciaba el vuelo, las condiciones climatológicas eran adversas, pues había lluvia y ráfagas de viento, que al final propiciaron que la nave se precipitara a tierra. “Por apreciaciones de la torre de control, la aeronave, tras levantar el vuelo, repentinamente fue afectada por una ráfaga de viento que la hizo descender bruscamente y tocar tierra con el ala izquierda, desprendiéndose los dos motores. “La aeronave se proyectó fuera de la pista desplazándose sobre el terreno permaneciendo en posición horizontal, lo cual permitió la activación de los toboganes y una evacuación oportuna de los pasajeros”, dijo en conferencia. De acuerdo con los registros oficiales, el percance se suscitó a las
15:30 horas de este martes, tiempo de Durango, 16:30 horas tiempo de la Ciudad de México, cuando la nave Embraer 190, pilotada por el capitán Carlos Galván, que cubría el vuelo AM2431, despegó con rumbo a la Ciudad de México.
Cuando el tren de aterrizaje apenas dejó de tocar tierra, se sintió un jalón y la aeronave, que para entonces ya había alcanzado una velocidad superior a los 800 kilómetros por hora, se vino abajó, chocó descontrolada con la pista y se deslizó unos 300 metros aproximadamente, luego se incendió. El hecho movilizó a los servicios de emergencia. Más de 200 personas, entre personal del aeropuerto, paramédicos, bomberos y personal de protección civil, rescataron a los heridos y los llevaron a hospitales. Pasajeros que iban a bordo narraron a El Financiero los momentos de pánico y terror que vivieron. Con lágrimas, vendajes en las manos, y la ropa enlodada, Jacqueline Flores dijo que al momento del impacto todo se convirtió en caos, muchos gritos, humo y fuego: “Sentimos el golpe y vino un momento sórdido en el que todos volteamos a vernos horrorizados y de pronto ya había humo y llamas invadiendo los asientos”. Explicó que de inmediato corrieron en busca de la salida y entonces se dieron cuenta que el avión se partió en dos. “Había un agujero por donde saltamos para salvar nuestra vida”, agregó. La mujer, quien iba acompañada de su hija y viajaba a Bogotá, Colombia, resultó con heridas en sus manos y golpes menores, al igual que su hija, pero relató que vio a una niña cuyo cuerpo ardió en llamas, gente ensangrentada, quemada y golpeada. Muchos en crisis nerviosa.
Lorenzo Núñez, otro pasajero que viajaba con su esposa y dos hijos, de 4 y 5 años (todos llevados al hospital para ser atendidos de lesiones menores), relató que él y sus hijos están traumatizados, pero dio gracias a Dios porque les permitió seguir viviendo. “Sentimos un impacto y oímos el estruendo; vimos que las puertas de seguridad se botaron y tratamos de huir, porque el avión se invadía de llamas, fue un momento donde escuchamos gritos de pánico, veíamos gente golpeada; el miedo estuvo a punto de paralizarnos, pero gracias a Dios logramos salir”, agregó.
Carlos Galván Meyran, el piloto de la aeronave de Aeroméxico que ayer se accidentó en Durango, fue el más lesionado de entre las 50 personas que tuvieron que ser atendidas en hospitales, pero aún con las heridas no dudó en ayudar a los pasajeros a escapar de los fierros retorcidos y de las llamas que se provocaron tras el desplome.
Aunque sus heridas no ponen en riesgo su vida, a Galván Meyra, 102 personas podrán agradecerle estar sanos y salvos porque el incidente con ese tipo de aeronave pudo resultar en toda una fatalidad de no ser por su destreza para realizar un aterrizaje forzoso.
Galván Meyran, de 38 años, es Técnico Superior Universitario como Piloto Aviador, vive en la Ciudad de México y su cedula profesional fue emitida en 2011. Según su perfil de Facebook, es fan de Luis Miguel, amante de las alturas, no sólo desde los aviones y se manifiesta como alguien que gusta de su trabajo, el cual desempeña desde hace ocho años en la compañía.
Diversos testimonios de los sobrevivientes hicieron ver que, más allá de conocer las causas del accidente, el héroe fue el capitán, porque gracias a su maniobras se evitó hasta ahora tener daños fatales. Sobre la pericia del capitán en el aterrizaje, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, indicó que hasta el momento los testimonios recabados señalan que la pronta reacción por parte de la tripulación en la maniobra de evacuación de la aeronave, contribuyó a que no hubiera pérdidas humanas. No dejar de mencionar a los otros miembros de la tripulación, el primer oficial, Daniel Dardon Chávez, y las sobrecargos Samantha Hernández Huerta y Brenda Zavala Gómez, de quienes se informa que están fuera de peligro. Samantha y Brenda, según imágenes difundidas por Protección Civil del estado, estuvieron apoyando a los cuerpos de rescate que llegaron al lugar del incidente.