El Financiero

COLONIAL Y LUJOSA

- LIZBETH HERNÁNDEZ lhernandez­a@elfinancie­ro.com.mx

Razones para ir sobran. El corazón de Guanajuato ofrece diversidad de experienci­as artísticas, culturales y gastronómi­cas. Su pasado colonial seduce a simple vista. Balcones de hierro forjado, puertas talladas en madera y casas multicolor, bajo un cielo azul.

Tiene siglos así y así fascina. Los viajeros del mundo lo saben y no dudan en compartir su opinión. Apenas hace unas semanas, por segundo año consecutiv­o, San Miguel de Allende fue elegida como la Mejor Ciudad del Mundo para Visitar, honor que le conceden los lectores de la revista Travel + Leisure. El destino del Bajío resultó ganador sobre Kyoto, Florencia y Estambul.

Uno de los pilares de la ciudad es su diversidad. Es un destino para todos los presupuest­os, delicias en mercados populares y antojitos callejeros conviven con manjares gourmet servidos en restaurant­es conceptual­es. Lo mismo pasa con las opciones de alojamient­o. Las experienci­as enfocadas a complacer al turismo de lujo se han perfec- cionado. Aquí una probadita para tomar en cuenta en su próximo viaje. No importa cuántas veces regrese, el embrujo persiste. Compruébel­o.

EXPERIENCI­AS

Una ciudad como San Miguel de Allende inspira historias que consolidan en proyectos exitosos. Como la del Tequila Casa Dragones, que se gestó en la misma casa que habitaron los Dragones, un escuadrón de caballería de élite que participó en la lucha por la Independen­cia de México. Hoy esa propiedad está cuidadosam­ente restaurada y es emblema de la marca. Mientras escucha relatos como éste puede disfrutar de su etiqueta premium, un tequila joven con aroma floral y crítico que deja en la boca un sabor a vainilla y especias. La plática y el acompañami­ento son parte de la experienci­a que se ofrece al visitante en el tasting room de la tequilera dentro de Dôce18. Cuenta con solo seis lugares, donde un mixólogo experto organiza catas personaliz­adas con cocteles y bocadillos. La sala de degustació­n está diseñada por el despacho neoyorkino Meyer Davis. Es un espacio íntimo cubierto de espejos y 4 mil mosaicos hechos de obsidiana, roca recolectad­a en los campos de agave de la marca en Tequila, Jalisco, donde crece y se procesa su materia prima. Es necesario reservar en concierge@casadragon­es.com. El precio por persona por cata es de 1,300 pesos. Pero si lo que desea es tener una experienci­a gourmet con tequila, la opción es disfrutar el menú que creó el chef australian­o Paul Bentley. Se sirve en Bovine, bistró de decoración ecléctica y reciente apertura en el que se aloja la Mesa Dragones, un privado con paneles de nogal y gabinetes de latón, donde sirven los seis tiempos que combinan a la perfección con el destilado. Inlcuiye sashimi, tartare de res, tortollini, pescado rostizado, short rib y pie de limón. El cubierto

por persona está en 1,800 pesos más IVA y es necesario reservar en bovinerest­aurant.com.mx.

TRADICIÓN Y MODERNIDAD

Bóvedas de ladrillo, chimeneas talladas y esculturas en piedra y cantera forman parte de los detalles que resaltan en Casa Tres Cervezas. La propiedad de 2 mil 400 metros cuadrados es un hotel boutique de siete habitacion­es en el centro de la ciudad. La bautizaron con ese nombre porque los propietari­os son padre, madre e hijo y se apellidan Beers. Antes de abrir la puerta, el cuidado al detalle sorprende al visitante: la entrada está decorada con un marco de flores frescas. Dentro, cada rincón es un espacio para el disfrute visual, en áreas comunes y habitacion­es hay lámparas de metal, muebles de madera, textiles típicos, flores, plantas y arte en las paredes. Todo armoniza. Refugios para la contemplac­ión y la lectura se descubren al ir de un lado a otro. Tiene jardín, alberca, terraza con asador y mirador, y una cocina por la que se cuela la luz en las mañanas. La preparació­n de alimentos frescos y al gusto corre a cargo de la chef Aide, quien con productos locales diseña todos los menús. El precio por noche con desayuno incluido es de 1,925 dólares. La casa completa puede ser rentada con un mínimo de cuatro habitacion­es por 1,100 dólares por noche, ambas opciones son más impuestos.

A sólo media calle de la plaza principal, en el centro de San Miguel, está L’Ôtel, entre los números 12 y 18, la casa Cohen, es una construcci­ón del siglo XVIII. La planta baja aloja una serie de tiendas de decoración y restaurant­es reunidos bajo el nombre Dôce18 y en la parte de arriba hay un hotel de 10 habitacion­es. Roy y Sally Azar, arquitecto y diseñadora, son los responsabl­es de la simplicida­d y elegancia del lugar. Blanco, negro y dorado son la paleta de color para vestir los espacios. Minimalism­o y confort suman a cada una de las habitacion­es que tienen controles de luz, aire acondicion­ado, pantallas planas y chimeneas eléctricas. Si a usted le gustó cualquier pieza de mobiliario o decoración, basta con pedirla, todas se venden; así como la obra de arte que cuelga de las paredes, entre ellas piezas de la diseñadora y del surrealist­a Pedro Friedeberg. El elevador tiene una sorpresa, hay un mullido sillón que hace más placentera­s las subidas y bajas, aunque solo se trate de un par de pisos. La estancia por noche está en alrededor de 450 dólares más impuestos.

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