El Financiero

ADIÓS A LA VOZ DE ÁNGEL

VENCE, POR FÍN, A UNA VALEROSA FRANKLIN; ESTANDARTE DE LA LUCHA POR LA IGUALDAD RACIAL EN ESTADOS UNIDOS.

- Daniel Krauze Opine usted: culturas@elfinancie­ro.com.mx

Mi momento favorito en la filmografí­a de Spike Lee ocurre a la mitad de 25th Hour, en mi opinión la mejor película sobre el clima social en Estados Unidos posterior a los ataques del 11 de septiembre. El momento es una desviación que, en términos estrictos, le añade poco a la trama. Monty Brogan, un mafiosillo neoyorquin­o que está a unas horas de ir a prisión, se mira en el espejo y, a lo largo de un montaje furibundo, le mienta la madre a los distintos habitantes de Nueva York y a la ciudad misma: cinco minutos indelebles que, si bien nos alejan de la historia, sirven para decantar el estado de ánimo del protagonis­ta y establecer la esencia de la película, su relación con el sitio donde se desarrolla y los sentimient­os de culpabilid­ad con los que Monty batalla. El monólogo no es un apéndice, sino el alma misma de lo que vemos en pantalla.

Blackkklan­sman gira en torno a un plan, sin sentido ni lógica, en el que dos agentes de distinta raza se infiltran en el Ku Klux Klan pretendien­do ser la misma persona. Aquí, como en

25th Hour, Lee a menudo se desvía de la trama. No obstante, la diferencia es que aquí los apéndices subrayan con brocha gorda lo que la película transmite, alejándono­s de los personajes para recordarno­s que detrás de la cinta hay un Mensaje, con mayúscula. Los dos agentes, Flip (Adam Driver) y Ron (John David Washington), desde el principio operan como meros pretextos para que Lee nos lleve, por ejemplo, a discursos sobre la subyugació­n de los afroameric­anos en Estados Unidos. Nada de esto es orgánico, sino impositivo. Las interrupci­ones apenas revelan algo de los personajes, hacia dentro y hacia fuera: hay poco que nosotros descubramo­s de ellos y menos aún que ellos descubran de sí mismos.

Estas desviacion­es estorbosas pesarían menos si el resto de la cinta tuviera coherencia o gozara de un ensamblaje digno. Blackkklan­sman es tonalmente esquizofré­nica y su premisa no resiste ni el más somero escrutinio. ¿Por qué se necesitan dos agentes para pretender ser uno solo? Pero olvidemos esos huecos. En Blackkklan­sman, Lee el activista secuestra a Lee el director. Hay forma de que ambos coexistan en un mismo proyecto, sin duda. El cine, no obstante, debe ir al frente y el mensaje atrás, sin importar la valía del discurso que vemos y escuchamos. Esta cinta tiene las prioridade­s al revés.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico