El Financiero

Acuerdo comercial: los contrastes

- Mariano Ruiz Funes Opine usted: mruizfunes@gmail.com @ruizfunes

El lunes pasado se anunció lo que parece un cierre parcial de las negociacio­nes México-EUA, que iniciaron hace un año para renovar el TLCAN y derivaron en un acuerdo comercial bilateral, hasta ahora. Al margen de lo que todavía falta (incorporac­ión o no de Canadá que podría cambiar algunos aspectos ya acordados; negociar el tema de solución de controvers­ias del Capítulo 19; el proceso legislativ­o en EUA y si es o no jurídicame­nte viable en los tiempos que prevé la administra­ción Trump; el proceso electoral en ese país; y, sobre todo, conocer los detalles finos del acuerdo), destacan los contrastes en las percepcion­es y el énfasis temático que se dieron en los dos países.

En México el anuncio se tomó como un logro para el país que coadyuvará a preservar la estabilida­d económica y financiera, según los representa­ntes de los gobiernos saliente y entrante, algunos analistas y diversos medios de comunicaci­ón; para otros, no fue el acuerdo comercial ideal pero fue el mejor posible, frente a Socio Fundador de GEA Grupo de Economista­s y Asociados la posibilida­d real de su cancelació­n. En contraste, en Estados Unidos la Oficina del Representa­nte Comercial (USTR), que estuvo a cargo de las negociacio­nes, lo calificó de “éxito rotundo” y como la “modernizac­ión del TLCAN para ser un acuerdo comercial del siglo XXI”. Por su parte, los medios de comunicaci­ón —la mayoría críticos de la administra­ción Trump— lo calificaro­n en el mejor de los casos como mediocre; incluso, el Wall Street Journal calificó el resultado como “el medio TLC es peor” apuntando varias de sus deficienci­as conocidas.

El énfasis que cada gobierno le dio a los temas acordados también fue distinto, lo que refleja las diferencia­s en la estructura económica de los dos países: EUA es una economía que cada vez más tiende hacia la tercerizac­ión (servicios que representa­n una parte importante de su comercio exterior) con todo y los esfuerzos de Trump para reindustri­alizarla. En la economía mexicana, si bien con un peso relativo elevado del comercio y los servicios, prácticame­nte la totalidad de sus exportacio­nes son bienes primarios o manufactur­ados.

De ahí que en México se hayan destacado los acuerdos en materia del comercio de bienes: automóvile­s y autopartes (aumento del contenido regional, participac­ión de manufactur­a con salarios elevados), textiles (proporción de insumos producidos en EUA) y bienes agrícolas (no estacional­idad para exportacio­nes mexicanas), entre otros. También se destacó el cambio en la cláusula de terminació­n del acuerdo (ahora a 16 años, revisable cada seis).

En contraste, la Oficina del USTR en su comunicado enfatizó los logros para ese país en materia de protección a la propiedad intelectua­l, en particular las acciones contra la piratería y la falsificac­ión; estándares para secretos comerciale­s; protección a innovadore­s, incluyendo darle trato nacional a los derechos de autor y mayor protección de patentes de medicament­os y productos agrícolas; exención de aranceles en el comercio digital; aumento del valor de la franquicia por adquisició­n de bienes vía Internet; y trato nacional y mayor acceso de mercado para servicios financiero­s. A ello agregó aspectos laborales —como el reconocimi­ento de los derechos de los trabajador­es en las negociacio­nes colectivas— y ambientale­s vinculados con la calidad del aire, bosques y pesca. Ambos buscan no sólo homologar las regulacion­es entre los dos países, sino incrementa­r los costos de producción en México.

Si bien lo negociado hasta ahora, no acordado, es una base para redefinir la relación comercial con EUA —con Canadá no habrá mucho que agregar en la medida que formamos parte del TPP—habrá que conocer los textos finales para evaluar si el acuerdo es un gran logro, lo mejor que se podía haber obtenido, es mediocre o es peor que lo que teníamos. En vía de mientras, parece que se evitó el riesgo de “cancelar el peor tratado del mundo”, aunque la incertidum­bre sobre si tendremos o no acuerdo sigue vigente.

“El énfasis que cada gobierno le dio a los temas acordados también fue distinto, lo que refleja las diferencia­s en la estructura económica”

“Parece que se evitó el riesgo de “cancelar el peor tratado del mundo” aunque la incertidum­bre... sigue vigente”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico