Era de Morena en el Congreso comienza entre recriminaciones
En el Congreso de la Unión comenzó la era parlamentaria de Morena, con marcados contrastes internos y diferencias de procedimiento. Desde la sesión de instalación –el 1 de septiembre– de la LXIV Legislatura, con la histórica mayoría de izquierda, Morena mostró sus primeros choques.
En tribuna y en el pleno, los legisladores del nuevo partido en el gobierno dejaron ver lo que serán sus diametrales diferencias, entre los que prefieren la cortesía y el respeto y los que insistirán en la reprimenda, la descalificación, el odio y rencor contra el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los primeros anunciaron que hasta acompañarán al presidente saliente en su VI Informe de Gobierno, en Palacio Nacional. Formal y respetuoso, Porfirio Muñoz Ledo, diputado de Morena y presidente de la Cámara de Diputados, comunicó al titular de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida: “Me permito enviar, a nombre de mis compañeros, a través de usted, un saludo al Presidente. Dígale que nosotros sí pensamos acudir a las celebraciones patrias y a su Informe de Gobierno, que no queremos interrumpir por ningún instante la secuencia histórica y constitucional de la República”. En otro extremo, entre pancartas con reclamos de Atenco y Ayotzinapa, el también diputado de Morena Gerardo Fernández Noroña marcó el contraste y reclamó a Muñoz Ledo: “Enrique Peña Nieto hace una reunión en Palacio Nacional, y le llama Informe. Eso es una ofensa a esta soberanía porque el informe es a esta representación del pueblo. “Quiero pedirle, a nombre de esta soberanía, que le pida al presidente Peña Nieto que suspenda esa reunión. El informe es aquí, según el artículo 69 constitucional. Le pedimos reciprocidad y respeto. Esa es la moción, diputado presidente”, agregó.
En otro encontronazo, PT y Morena tampoco coincidieron en los derechos de un diputado sin partido y de un independiente. Muñoz Ledo, férreo y seguro, negó en principio la palabra en tribuna al senador Emilio Álvarez Icaza, que llegó por el Frente, pero que es hoy legislador sin partido, “porque la ley y el derecho no le asisten”. Pero a exigencia del diputado petista Óscar González Yáñez, el presidente de la Cámara tuvo que ceder y el senador sin partido subió a tribuna. “¡No deje que le secuestren la asamblea, presidente!”, reclamó indignado desde su curul el morenista Manuel López Castillo.