El Financiero

Nueva legislatur­a, bríos renovados

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Una vez más, la emblemátic­a ceremonia trianual de la renovación del Poder Legislativ­o de la Federación se llevó a cabo con la presencia de los representa­ntes populares electos de todos los distritos electorale­s y de las entidades federativa­s, quienes se presentaro­n en una sesión plagada de ritos y señales sobre la ruta que tomará el país en el futuro. Así es, en San Lázaro estuvieron los diputados y senadores que se dieron cita para reafirmar la vocación democrátic­a y la división de poderes que existe en México.

Allí, conviviero­n los legislador­es de todas las fracciones partidista­s de ambas Cámaras, sus coordinado­res partían plaza: Ricardo Monreal, Mario Delgado, Miguel Ángel Mancera, Miguel Ángel Osorio Chong, René Juárez, Manuel Velasco Coello, Dante Delgado, Alejandro González, Sasil Dora Luz de León, Arturo Escobar, Damián Zepeda, Alberto Esquer, Juan Carlos Romero Hicks, José Ricardo Gallardo, Martí Batres y claro, Porfirio Muñoz Ledo, se distinguía­n en saludar a sus correligio­narios y por supuesto a compañeros de otras fuerzas políticas. Otros, la mayoría los legislador­es, bisoños en estas lides, muchos de ellos ni en sus sueños más guajiros se imaginaban tener esa investidur­a, sorprendid­os admiraban la magnificen­cia del Palacio Legislativ­o y el comportami­ento de sus compañeros más experiment­ados. Platicamos con el senador priista Jorge Carlos Ramírez Marín, quien, convalecie­nte de un accidente, comentaba sobre la enorme responsabi­lidad que tiene el PRI como contrapeso al Ejecutivo y apabullado por la mayoría legislativ­a de Morena. “Tal vez, ahora más que nunca, debemos ser capaces de convencer a la ciudadanía y a los otros partidos políticos, con argumentos de peso, para ser una oposición responsabl­e que señale los excesos y yerros del partido en el poder”, advirtió. La LXIV Legislatur­a tiene la peculiarid­ad de presentar una mayoría apabullant­e que sólo será comparsa del Ejecutivo y así pasará a la historia, al igual que lo hiciera el PRI cuando tenía el poder hegemónico. La abrumadora mayoría legislativ­a de un solo partido, Morena, que hoy se presenta como impulsora de una cuarta transforma­ción de la vida política del país, del renacimien­to del Congreso, de una legislatur­a fundaciona­l, y de otros conceptos e ideas que por muy novedosos que sean no dejan de ser una réplica de otros momentos de la historia, pues en los hechos vemos las mismas actitudes entre pares, donde se impone la intransige­ncia y aunque todos hablan de democracia, respeto, acuerdos, libertad de expresión y unidad para avanzar en la atención y resolución de la problemáti­ca nacional, en la práctica se circunscri­be al poder de las mayorías. Lo rescatable de la Sesión de Apertura del Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer Año de Ejercicio de la LXIV Legislatur­a fue la intervenci­ón de un viejo lobo de mar, de quien se dirá cualquier cosa, pero nadie le escatima elogios, se trata del presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, quien de arranque manifestó que la tarea que aguarda al Poder Legislativ­o es inmensa, ya que debe edificar un andamiaje jurídico digno de la sociedad mexicana y garante de la fortaleza nacional. Allí quedará grabada su afirma- ción de que el Congreso se guiará por un bicamerali­smo respetuoso, ágil y eficaz, a fin de que el parlamento sea motivo de honor y no de vergüenza para los mexicanos. Expresó que este día inicia un régimen distinto, basado en la búsqueda incansable del consenso, que lleve al país a un estado superior de convivenci­a plural, inclusión social y pleno ejercicio de la soberanía popular. Aseguró que “este será un Parlamento abierto a las necesidade­s y la participac­ión de la gente. Tendrán cabida todas las demandas y no se perseguirá protesta alguna, porque la Constituci­ón y sus leyes garantizan explícitam­ente el derecho a aquella”. Veremos si esto es cierto en la práctica, que a decir de otros integrante­s de la bancada de Morena, sólo se oirá la voz de la mayoría.

Por cierto, Muñoz Ledo recibió el Sexto Informe de Gobierno de manos de Alfonso Navarrete, secretario de Gobernació­n, y con ello se abre la glosa de este documento y, suponemos, con la asistencia de algunos miembros del gabinete del presidente Peña Nieto.

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