El Financiero

SABORCITO AGRIO PARA TRUMP

- RAFAEL F. DE CASTRO

Existen muchas interpreta­ciones, críticas y halagos, ante el anuncio del pasado lunes 27 de agosto: México y Estados Unidos aseguraron un acuerdo comercial. Muchos analistas y especialis­tas han sido cautos –tiene claro-oscuros. Otros enfatizan que Peña a como diera lugar quería salir en la foto y su equipo cedió demasiado. Y desde luego, también están los que observan un importante éxito en la negociació­n.

Mi interpreta­ción es que doblamos el presidente de Estados Unidos. Tan es así que, a las 24 horas del anuncio estelar de ambos presidente­s, Trump insistió en que “en última instancia, el muro será pagado por México”. Es decir, Trump tiene un saborcito agrio que su vecino del sur se salió con la suya y conservó, y muy probableme­nte mejoró, el instrument­o más valioso con que cuenta para aprovechar su vecindad con el marcado número uno del mundo. Sí, lo que para Trump era “el peor acuerdo comercial de Estados Unidos,” ha sido salvado.

Aún no conozco los detalles del texto negociado, desde luego aún puede abortarse una versión trilateral, pues ahora resulta que Canadá es el malo para Trump. Considero que el acuerdo es una hazaña diplomátic­a y de neMOSCÚ, gociación. Han sido 12 largos meses de paciencia y de ser en todo momento el adulto en la relación con el inquilino de la Casa Blanca y también con el representa­nte comercial Robert Lighthizer. Estoy convencido que, de concretars­e, será el mayor logro internacio­nal, y por mucho, de Enrique Peña. Será también un regalo mayúsculo para AMLO. Arrancar el nuevo sexenio con un cielo despejado en el tema comercial no tiene precio. Tampoco tiene precio que le amarrará las manos al nuevo presidente para salir con sorpresas de nacionalis­mo económico.

¿CÓMO SE DOBLÓ A TRUMP?

A través de un presidente Peña aplicado, con sentido de misión y de Estado. Soy de la idea de que las grandes amenazas que significó la llegada de Trump a la Casa Blanca, le otorgaron un nuevo sentido a un presidente gastado y encogido prematuram­ente. Peña ante Trump volvió a ser un mandatario como el de los primeros 18 meses—volvió a tener una misión clara a cumplir. Las reformas al inicio del sexenio; conjurar los peligros de Trump para cerrar. Me sigue sorprendie­ndo la llamada entre Peña y Trump, filtrada a la prensa, en enero de 2017. Estuvo impecable. Preparado. Firme, pero con guante de seda.

La llegada de Trump a la Casa Blanca le permitió volver a traer a su hombre de confianza y cerebro de su administra­ción, Luis Videgaray. Este llegó a la cancillerí­a con una renovada actitud –“vengo a aprender”, dijo. El canciller vio en Trump, por quien perdió su chamba como secretario de Hacienda, una segunda oportunida­d de lograr algo del tamaño de su ambición –contener la amenaza de Trump de denunciar el TLCAN. Esto es, pasar a la historia no como quien trajo al candidato Trump, sino quien lo contuvo. Videgaray inició un back channel para introducir­se a la Casa Blanca y llegar a Trump. Apostó por el yerno y le atinó con creces. En una presidenci­a altamente inestable, Jared Kushner finalmente familia, se ha consolidad­o como una de los actores más influyente­s en la corte trumpeana. Y el back channel se convirtió en un camino despejado a la Oficina Oval.

Ildefonso Guajardo ha sido el líder de la negociació­n. Paciente, experiment­ado y buen comunicado­r. Conjuntó un experiment­ado equipo negociador, echó mano de toda la experienci­a de negociacio­nes anteriores y rememoró las prácticas de tener muy cerca al sector privado, literalmen­te en el cuadro de al lado.

La puntilla se logró con AMLO. Además de la enorme legitimida­d que le otorgaron las urnas el pasado 1 de julio, resulta que tiene encantado a Trump: “me gusta el nuevo líder, creo que va a ser increíble, un poco diferente de nosotros, me llevo mejor con él que con el capitalist­a (Peña).” Videgaray y Guajardo dejaron claro que Jesús Seade el negociador de AMLO, con amplia experienci­a en las lides comerciale­s, fue una bendición.

Ahora bien, lo que se logró no es panacea. Más aún, con Trump siempre hay peligros. Pero justamente de llegarse a consolidar el acuerdo trilateral y de ser aprobado por los Congresos, México habrá doblado a Trump en los aspectos económicos y comerciale­s. Un acuerdo internacio­nal, como será NAFTA 2 o incluso uno bilateral, tiene un importante status de ley que lo pone a salvo de la voluntad del presidente en turno. Y como tal, resistirá los futuros ataques o berrinches tuiteros del quien hoy habita la Casa Blanca.

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