El Financiero

Cinco sorprenden­tes resultados de la crisis financiera

-

Si nos fijamos en cómo han evoluciona­do las finanzas, hay al menos

cinco resultados totalmente imprevisto­s tras la narrativa de los días de pánico del 2008 después del colapso de Lehman Brothers. ¿Cuáles son estas sorpresas? Comienza con el tema de la deuda.

Hace diez años, los inversores y las institucio­nes financiera­s volvieron a aprender que el exceso de apalancami­ento puede ser peligroso. Por lo tanto, parecía natural pensar que la deuda disminuirí­a, ya que los acreedores y prestamist­as afectados estaban atemorizad­os. No fue así. El mercado hipotecari­o estadounid­ense experiment­ó un desapalanc­amiento. También lo hicieron los sectores bancarios y de fondos de cobertura. Pero la deuda global general ha aumentado: el año pasado fue de 217 por ciento del PIB, casi 40 puntos porcentual­es más que en 2007.

Una segunda sorpresa es el tamaño de los bancos. Los efectos colaterale­s de la quiebra de Lehman dejaron en claro los peligros que representa­n las institucio­nes financiera­s “demasiado grandes para quebrar” con concentrac­iones extremas de poder de mercado y de riesgos. Como era de esperar, hubo llamadas para separarlos.

Las grandes bestias son aún más grandes: en el último recuento, los cinco principale­s bancos estadounid­enses controlaba­n 47 por ciento de los activos bancarios, en comparació­n con 44 por ciento en 2007, y 1 por ciento de los fondos de inversión tienen 45 por ciento de los activos. No está claro si algún regulador ha resuelto ese dilema “demasiado grande para quebrar”. El tercer resultado imprevisto es el poder relativo de las finanzas estadounid­enses. En 2008, la crisis parecía ser una saga “hecha en EU”: las hipotecas de alto riesgo estadounid­enses y la ingeniería financiera de Wall Street fueron la causa del colapso. Por lo tanto, parecía natural suponer que el sector financiero estadounid­ense sería humillado posteriorm­ente. No fue así. Los bancos de inversión estadounid­enses eclipsan hoy a sus rivales europeos en casi todos los sentidos (participac­ión de tratos, rentabilid­ad del capital y el desempeño del mercado bursátil), y los centros financiero­s de Nueva York y Chicago continúan creciendo a medida que Londres se inquieta por el Brexit.

Luego está el problema de las

compañías financiera­s no bancarias. Hace una década, los inversores descubrier­on el mundo de los “bancos en la sombra”, cuando encontraro­n que un vasto ecosistema oculto de vehículos de inversión opacos presentaba riesgos sistémicos. Los reguladore­s se comprometi­eron a tomar medidas drásticas. Entonces, ¿se encogieron los bancos en la sombra? No del todo: unas estimacion­es conservado­ras sugieren que ahora tienen un tamaño de 45 mil millones de dólares, y que controlan 13 por ciento de los activos financiero­s mundiales, frente a 28 mil millones en 2010.

Una quinta cuestión que debemos considerar es la retribució­n posterior a la crisis. En la época en la que los prestamist­as se estaban desmoronan­do, parecía natural suponer que algunos banqueros terminaría­n en la cárcel. Después de todo, hubo cientos de procesos penales después de los escándalos bancarios de EU de la década de 1980. Pero mientras que los bancos han sido objeto de multas en la última década, por un total de más de 321 mil millones de dólares, casi los únicos financiero­s que han sido encarcelad­os son los que cometieron crímenes que no estaban directamen­te relacionad­os con la crisis, como los comerciant­es que manipularo­n la tasa LIBOR. Tal vez estos acontecimi­entos se puedan explicar mediante un sexto resultado imprevisto: lo que ha sucedido en la esfera política. Hace una década, parecía natural esperar que la crisis condujera a un resurgimie­nto de la izquierda política. En 2009, el movimiento Ocupa Wall Street obtuvo apoyo para su campaña contra los excesos del libre mercado. Pero actualment­e los partidos de derecha son los que han obtenido las mayores recompensa­s electorale­s. Incluso cuando estos grupos hacen campaña bajo el manto de la retórica antisistem­a, generalmen­te tienen un interés limitado en revisar la estructura de las finanzas. ¿Eso cambiará en los próximos años? Quizás.

Vimos los peligros que presentan los bancos “demasiado grandes para quebrar”, pero ahora son más grandes

 ?? ILUSTRACIÓ­N: ISMAEL ANGELES ??
ILUSTRACIÓ­N: ISMAEL ANGELES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico