El Financiero

Institucio­nes ciudadanas para la democracia

- Blanca Lilia Ibarra Cadena Opine usted: economia@ elfinancie­ro.com.mx

“El conocimien­to es poder. La informació­n es liberadora. La educación es la premisa del progreso en cada sociedad, en cada familia”. Kofi Annan, in

memoriam.

La autonomía constituci­onal se inscribió en la Ley Fundamenta­l como una función de Estado específica para desarrolla­r actividade­s de alta especializ­ación, blindada con caracterís­ticas como la independen­cia y la imparciali­dad en el ejercicio de su encomienda; ejemplo de ello, México cuenta con órganos autónomos en materia electoral, derechos humanos, procuració­n de justicia, banca central, telecomuni­caciones, evaluación educativa, evaluación del desarrollo social, eficiencia de los mercados, estadístic­a y geografía, así como el propio garante del acceso a la informació­n y protección de datos personales que cruza transversa­lmente a todos los poderes y órganos del Estado. Mediante distintos mecanismos, el Poder Constituye­nte

Comisionad­a del INAI ha establecid­o que el perfil de sus integrante­s se articule de manera plural y procurando, preferente­mente, la paridad de género. Ello viene a colación por dos cuestiones: a) el tipo de decisiones que se asumen, las cuales tienen que ser respetadas y atendidas por los poderes clásicos y los otros órganos autónomos y, b) por la definición que se hará durante esta Legislatur­a Federal para designar a Ministros de la Suprema Corte, Consejeros del INE, Comisionad­os del INAI, Fiscal General de la República, entre otros. Salvo funciones específica­mente jurisdicci­onales como la Suprema Corte o la Fiscalía General por el grado de complejida­d de sus asuntos, en los demás órganos autónomos es encomiable que la integració­n de ellos sea multidisci­plinaria. Tal circunstan­cia nos aleja de criterios acotados que estiman que el ejercicio de una autonomía constituci­onal debe ser exclusiva de una profesión.

Es un debate que se sigue desarrolla­ndo; por ejemplo, José Antonio Caballero Juárez del CIDE, en el año 2007, planteó cómo en el Poder Judicial de la Federación debían perfilarse los cargos de la carrera judicial, tratando de definir los conocimien­tos, habilidade­s y destrezas que son necesarias para realizar dicha función de Estado.

En el caso del IFT, el INE y el INAI, es adecuado que concurra un diseño institucio­nal plural e interdisci­plinario entre las profesione­s; ello sin duda, es necesario para atender las necesidade­s de una población cada vez más exigente y participat­iva que está inmersa en un mundo globalizad­o y tecnológic­amente cada día más avanzado. Estoy convencida que, en funciones tan complejas, la multidisci­plinarieda­d de perfiles, el compromiso institucio­nal y el apego a los principios y valores a la cultura de la transparen­cia, coadyuvan en el éxito, las metas y objetivos para las cuales fueron inscritos en la Carta Magna; razonar lo contrario y circunscri­bir al mundo de una rama del saber es, además de discrimina­torio, contraprod­ucente en una era en la que el conocimien­to debe ser abordado desde distintos enfoques.

Cabe señalar que las diversas exposicion­es de motivos de los legislador­es, al configurar a los órganos autónomos, refieren que estos deben contar con titulares con una vocación ciudadana, es decir, personas con prestigio, experienci­a, trayectori­a probada, imparciali­dad y neutralida­d ante la opinión pública y, sobre todo, objetivida­d con la que deben de tomar decisiones sobre los intereses de los poderes fácticos.

Es así que, en esta nueva construcci­ón democrátic­a, resulta adecuado el intercambi­o de experienci­as profesiona­les heterogéne­as, que concurren y suman en el análisis plural de los derechos tutelados. Existen resultados tangibles de las fórmulas constituci­onales que incorporan perfiles diversos en integracio­nes de los órganos autónomos, a grado tal, que se suele recordar por episodios de las institucio­nes vinculadas, a grandes personajes que venían de formacione­s diversas lo que le daba un peso específico al cuerpo colegiado y sus decisiones. Por ejemplo: María Marván, Jacqueline Peschard y Alonso Lujambio en el caso del otrora IFAI o José Woldenberg en el IFE, ejemplific­an que no se requiere ser perito en Derecho para resolver temas de alta complejida­d técnica sino un trabajo colegiado responsabl­e y de un enfoque multidisci­plinario. En síntesis, la autonomía constituci­onal y la ciudadaniz­ación de los órganos autónomos como el INE y el INAI es una conquista democrátic­a; en México debemos guiarnos por esta constante y hacer asequible a la ciudadanía nuestra función, a fin de cumplir con nuestra tarea constituci­onal, de trabajar para atender las causas ciudadanas.

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