Si ya saben cómo es…
“Con el triunfo en la bolsa, lo primero que hizo fue deshacerse de alianzas que lo obligan a ‘pagar’”
Genio y figura hasta la sepultura. Con esa visión que tiene se le acercó al mero mero y le sugirió que lo nombrará a él; luego ya con la investidura jugó para su santo y ganó contundentemente, por lo que la gente lo aplaudió hasta el paroxismo. Una vez más, Cuauhtémoc había hecho de las suyas. Pero no se trata de lo que hizo con sus exaliados, sino del partidazo que jugó el pasado sábado, en el encuentro de leyendas entre América y Cruz Azul, en donde, con el gafete de capitán, llevó al equipo de sus amores a la victoria por 3 a 1 y en el que marcó un gol de ensueño.
Si ya saben cómo es, para que lo invitan. Esto referido a Cuauhtémoc Blanco, quien desde que incursionó en la política ha tenido problemas con sus promo- que deslumbrados por su fama pública caen en el señuelo de cooptarlo para que abandere sus causas.
En enero de 2015, el Partido Social Demócrata lo postuló para contender por la alcaldía de Cuernavaca. Durante su gestión enfrentó múltiples problemas que lo llevaron al rompimiento con el partido que lo postuló y a conflictos constantes con el gobierno de Morelos, léase Graco Ramírez. Sin embargo, tuvo la habilidad no sólo para sortear los conflictos, sino para consolidarse en el ánimo de los morelenses, quienes le dieron su voto para encumbrarlo a la gubernatura. Desconfiado de los políticos tradicionales y las cuotas de poder que piden los partidos políticos a la hora de ganar, Blanco asumió que Encuentro Social y Morena no eran así; sin embargo, lo presionaron para que les diera la mitad de las posiciones de gobierno, incluyendo la propia Secretaría de Gobierno, lo que el símbolo del americanismo rechazó contundentemente. La misma Yeidckol Polevnsky reconoció públicamente el hecho y puntualizó que sí hubo tal petición, al tiempo de exigir que Rabindranath Salazar fuera secretario de Gobierno. La presidenta nacional de Morena se dio cuenta, demasiado tarde, del estilo personalísimo que tiene El Cuau para gobernar.
El próximo gobernador morelense, con el triunfo en la bolsa, lo primero que hizo fue deshacerse de alianzas que lo obligan a “pagar compromisos”, y esto, para desgracia de ellos, se lo festejan sus seguidores. Después conforma un gabinete de colaboradores, la mayor parte improvisados, pero a decir del exjugador del América, “honrados y leales”, y posteriormente embate contra quien lo encumbró, en este caso Morena. Está equivocada la lideresa nacional del partido de AMLO en su señalamiento de que en política no se actúa como en el futbol. Referencia que nada tiene que ver con el comportamiento del próximo gobernador de Morelos, ya que, como en el balompié, él juega en equipo y es leal con los compañeros que tienen un mismo objetivo; en el caso de la política, pues todo es traición e intereses personales. Ojalá que se ponga fin a este enfrentamiento que en nada ayuda a solucionar los enormes problemas que tiene Morelos, particularmente en el tema de la inseguridad pública, en el cual esa entidad está entre las tres más peligrosas del país.
En nada abona a la solución del conflicto las belicosas y groseras declaraciones de la lideresa nacional de Morena, que pretende doblegar a la fuerza a un futuro gobernador constitucional.