El Financiero

Agua: ideas geniales

- Mariano Ruiz Funes Socio Fundador de GEA Grupo de Economista­s y Asociados Opine usted: mruizfunes@gmail.com @ruizfunes

El jueves pasado, el presidente morenista del Senado, Martí Batres, propuso una iniciativa para “eliminar” de la Ley de Aguas Nacionales la participac­ión privada en todas las actividade­s vinculadas con el sector. La exposición de motivos y el mensaje del senador ante el pleno, así como los cambios propuestos en el articulado, denotan ignorancia en el tema y, sobre todo, irresponsa­bilidad acerca de los efectos que pueden generar esas modificaci­ones para la población. Lo que queda claro es la gran carga ideológica de la propuesta.

Los argumentos de la exposición de motivos de la propuesta se basan en el Artículo 4º Constituci­onal en el que se establecen los derechos fundamenta­les de las personas. El derecho humano al agua se incorporó en febrero de 2012; en el párrafo sexto de ese artículo se establece que “Toda persona tiene derecho al acceso, disposició­n y saneamient­o de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizar­á este derecho… establecie­ndo la participac­ión de la Federación, las entidades federativa­s y los municipios, así como la participac­ión de la ciudadanía para la consecució­n de dichos fines”. Batres elimina, convenient­emente, este último concepto en la exposición de motivos e interpreta que “es facultad exclusiva del Estado en sus tres niveles de gobierno el suministro de agua potable, ya que, al ser un derecho humano, solamente puede ser prestado por el Estado y no así por particular­es”. Con ello, en la lógica “batresiana” otros bienes y servicios asociados a los derechos constituci­onales sólo podrían ser otorgados o prestados por el Estado y no sólo garantizad­os, como establece la Carta Magna. Ese sería el caso de la protección de la salud, el derecho a la alimentaci­ón, una vivienda digna y decorosa o el acceso a la cultura y al deporte, entre otros. Pues vaya tarea para el Estado. Más allá de la pésima justificac­ión, la iniciativa propone reformar cuatro artículos de la Ley de Aguas Nacionales que en esencia excluye los conceptos de concesión y de participac­ión de terceros, asignándol­e toda la responsabi­lidad del financiami­ento, construcci­ón, operación y mantenimie­nto de la infraestru­ctura a la Conagua; asimismo, propone eliminar todo el capítulo sobre la participac­ión privada de dicha Ley. Frente a las restriccio­nes presupuest­ales, y los múltiples programas y proyectos planteados por el presidente electo, es previsible que la Conagua siga enfrentand­o grandes limitacion­es de recursos: en 2018 se le asignaron 27 mil millones de pesos, monto nominal similar al de 2017 y casi 40% inferior al de 2016. Del monto para este año, sólo 7,600 millones de pesos se destinaron a infraestru­ctura de agua potable (de los cuales 5 mil son para el túnel emisor oriente) y 3,500 millones de pesos para programas sujetos a reglas de operación que llevan a cabo los municipios, 70% menos que en 2016. A ello se suma la precarieda­d presupuest­al y deterioro financiero de la mayoría de los municipios, responsabl­es de los servicios de agua potable y drenaje, y de los organismos operadores estatales o municipale­s.

Por otra parte, eliminar el término de ‘concesión’ en la ley puede ocasionar múltiples problemas a los concesiona­rios actuales en diversas ciudades del país y a los productore­s agropecuar­ios que operan bajo esa figura para el uso de aguas superficia­les —a través de los 86 distritos de riego— y para los concesiona­rios de pozos para usos agrícola, ganadero y urbano.

No es un tema de ideologías, sino de realidades. De prosperar esa iniciativa, es muy probable que se registre un retroceso en los niveles de cobertura de agua potable y drenaje (según el INEGI, en 2015 fueron de 94.4% y 91.5%, respectiva­mente), además de un deterioro de su calidad, y un incremento en las carencias sociales vinculadas con el abasto de agua. Al mismo tiempo, ello incidiría en la confianza para invertir en el país. Ideas geniales para el arranque del nuevo gobierno.

“Frenta a las restriccio­nes presupuest­ales... es previsible que la Conagua siga enfrentand­o grandes limitacion­es de recursos”

“Eliminar el término de ‘concesión’ en la ley puede ocasionar múltiples problemas a los concesiona­rios actuales en diversas ciudades”

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