¿Qué tanto dependen tus finanzas de lo fortuito?
Cuando alguien me dice que no le regala su dinero a los seguros o que prefiere vivir con intensidad el hoy, sin importar el futuro, me recuerda a un trapecista sin red de protección que hace las piruetas más arriesgadas. Por muy experto y hábil, siempre habrá la posibilidad de que algo salga mal y dependiendo del nivel de previsión los efectos serían desastrosos.
1.- Fuera de cualquier creencia religiosa o experiencia espiritual, se le denomina “actos de Dios” al acontecer de la naturaleza que trasciende el control humano, como serían los terremotos, huracanes o los relámpagos.
De hecho, en los contratos se suele introducir una cláusula al respecto para solventar esa posibilidad.
Basta recordar los temblores de la Ciudad de México o las inundaciones en diferentes partes de la República para entender las consecuencias de no contar con un seguro de vivienda y de vida.
2.- En economía hay un concepto básico llamado “externalidad” que pude ser positiva o negativa. Se refiere a los costos o beneficios provocados por actividades realizadas por terceros, como sería la ubicación de un gran centro comercial enfrente de nuestra casa que conduciría a un aumento o reducción del valor de la propiedad, dependiendo de las circunstancias del caso. Así, el patrimonio construido con mucho esmero podría ser dañado seriamente.
En este cajón habría de incluirse los “choques externos” que son las consecuencias de la crisis en otros países, que por la elevada integración mueven los mercados y llegarían a causar la pérdida del empleo.
3.- Se encuentran también situaciones de actos de violencia como la invasión a Irak que trastocó al mercado de hidrocarburos, el ataque terroristas a las torres gemelas que sumió a la economía mundial en un impasse prologado, o muy de cerca, la ola de inseguridad en México que ha provocando un perjuicio en todos los aspectos de la vida cotidiana. Nassim Nicholas Taleb lo expresa de forma clara en su libro “El Cisne Negro: El Impacto de lo Altamente Improbable”, refiriéndose a los eventos que están alejados de las expectativas, pero que al suceder nos pegan de manera significativa.
Después lo racionalizamos y hasta le damos una explicación, sin embargo, de momento están fuera del radar.
En este sentido, es importante en las finanzas personales tener contemplado que a lo largo de nuestra vida tendremos afectaciones inesperadas, cisnes negros que se cruzarán en el camino. Cuanto mejor preparados estemos para enfrentarlos, menores serán las consecuencias en el patrimonio y en el logro de metas.