El Financiero

El Ideario Cuauhtémoc que superó una era de populismo

- Jonathan Ruiz Opine usted: jruiz@ elfinancie­ro.com.mx facebook @RuizTorre @ruiztorre

Hace 45 años: “El auto en el que viajaban, un Ford Galaxie color negro modelo 1970 fue intercepta­do a las 9:05 horas en la esquina de las calles Villagrán y Luis Quintanar por seis individuos que portaban pistolas automática­s y una metralleta, y cuyo plan consistía en secuestrar­lo y exigir un rescate multimillo­nario. Don Eugenio ya había recibido amenazas y había dado instruccio­nes a su familia de que si llegaba a ser secuestrad­o, no debían pagar ni un solo centavo por él. Además, cargaba una pequeña pistola en la guantera del automóvil para protegerse en caso de que se viera sorprendid­o por una situación de ese tipo. En la refriega que se suscitó, el empresario más importante de Monterrey —y uno de los hombres de negocios de mayor peso e influencia en el país—, su chofer y guardia fueron abatidos a tiros”. Eugenio Garza Sada murió ese 17 de septiembre de 1973 en una zona industrial de Monterrey. La narración de la fatalidad fue consignada en el libro homónimo del empresario, escrito por Gabriela Recio.

A su país, a sus empleados y a sus hijos, Garza Sada les dejó como legado una lista de 17 preceptos.

En su ausencia, la empresa que heredó a su gente mutó de lo industrial a lo comercial, de fábrica a distribuid­ora de bebidas. De Cervecería Cuauhtémoc… a los OXXO que venden de casi todo. De Grupo Visa a Grupo Femsa. La metamorfos­is ocurrió durante las crisis económicas de las presidenci­as populistas de Luis Echeverría y de López Portillo, la perplejida­d de la de Miguel de la Madrid; y también durante el temporal auge empujado por Carlos Salinas amén de la ortodoxia económica que comenzó con Ernesto Zedillo y la turbulenta construcci­ón de la democracia nacional durante los sexenios de Fox, Calderón y Peña. Durante todo ese proceso, los descendien­tes de Garza Sada, tanto empleados como quien lleva su sangre, debieron guiarse por el Ideario Cuauhtémoc: Reconocer el mérito en los demás. Controlar el temperamen­to. Nunca hacer burla. Ser cortés. Ser tolerante. Ser puntual. Si uno es vanidoso, hay que ocultarlo. No alterar la verdad. Dejar que los demás se explayen. Expresarse concisamen­te. Depurar el vocabulari­o. Asegúrese de disfrutar el trabajo. Reconocer el enorme valor del trabajador manual. Pensar en el interés del negocio más que en el propio. Análisis por encima de la inspiració­n o de la intuición. La dedicación al trabajo. Ser modesto. Solo en las tres recientes décadas, la empresa pasó de vender 2 mil millones a los 25 mil millones de dólares en los que cerrará este año, de acuerdo con datos acopiados por Bloomberg. De valer 3 mil millones a los 45 mil millones de dólares que vale hoy. De una cervecera nacional a ser dueña de una parte de Heineken global y la mayor distribuid­ora externa de Coca Cola en el mundo. Va el recordator­io de la importanci­a de los valores en las empresas ante la incertidum­bre que hoy pesa sobre el entorno.

“Va el recordator­io de la importanci­a de los valores en las empresas ante la incertidum­bre que hoy pesa sobre el entorno”

Director General de informació­n económica y de negocios de El Financiero

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