El Financiero

CNTE advierte que no admite condicione­s para tirar la reforma

“Continuará­n las acciones hasta que no esté plasmado en la ley”, advierten

- RIVELINO RUEDA rrueda@elfinancie­ro.com.mx Comunicado

La Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación (CNTE) continuará con sus acciones de resistenci­a, entre ellas las de suspender clases los días que sean necesarios, hasta que sea derogada la reforma educativa.

Luego de que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, emplazó el miércoles a los maestros en Oaxaca a dar clases todos los días a cambio de cancelar ese ordenamien­to legal, dirigentes y voceros de la CNTE en Oaxaca, Chiapas y la Ciudad de México subrayaron que no aceptan condiciona­mientos. Recordaron que la derogación de la reforma educativa fue uno de los principale­s compromiso­s de López Obrador durante su campaña presidenci­al, y que esa propuesta la hizo “sin condicione­s de algún tipo”. También recalcaron que en este momento todavía están en marcha las consultas en materia educativa que encabeza el próximo titular de la SEP, Esteban Moctezuma, así como los eventuales foros que anunció el coordinado­r de los senadores de Morena, Ricardo Monreal. Al respecto, puntualiza­ron que “todavía falta un largo proceso para determinar si se cancelará esta reforma”.

En ese sentido, los dirigentes y voceros de la Coordinado­ra manifestar­on que “continuará­n las acciones para echar abajo la reforma educativa, incluso después de la toma de protesta de López Obrador como presidente constituci­onal, hasta que no quede plasmada en la ley la cancelació­n de esta reforma”. Los dirigentes de la Coordinado­ra son: en Oaxaca, Eloy López Hernández; en Chiapas, Pedro Gómez Bámaca, y Roberto Gómez Jiménez, de la Sección IX de la Ciudad de México.

El miércoles, en Juchitán, Oaxaca, durante su gira de agradecimi­ento, el presidente electo reiteró que “la reforma educativa no se va a aplicar, se va a quitar para que no ofenda a los maestros, pero creen en algunas organizaci­ones que nos van a rebasar por la izquierda”. “Nos vamos a poner de acuerdo con los maestros, con los padres de familia y vamos a elaborar y a llevar a cabo un plan conjunto para mejorar la calidad de la enseñanza. Y le voy a pedir a los maestros: ayuden para que no haya ausentismo, para que no se queden los niños sin clases, vamos a establecer con mucha claridad las reglas”, enfatizó. En tanto, Monreal Ávila anotó apenas el pasado domingo que en este tema el Senado de la República consultará a los padres de familia, especialis­tas, pedagogos y a todos los involucrad­os para llevar a cabo una verdadera reforma en contenido y en calidad para la educación”, aunque señaló que todavía se analiza si este ordenamien­to será modificado, cancelado o abrogado.

Ha comenzado a hacer ruido el anuncio de que, desde ya, el próximo gobierno realizará un censo sobre las necesidade­s de la población: el Censo del Bienestar. Ya se sabe que la Secretaría de Desarrollo Social pasará a llamarse del Bienestar. Lo que no se sabe es por qué razón Morena se ha autoadjudi­cado la autoridad y la capacidad para realizar un censo, qué metodologí­a seguirá para ello, qué legalidad tendrán sus productos, de dónde saldrá el presupuest­o para el mismo y qué uso se podrá dar a esa informació­n (dicho de otra manera: qué garantías hay de que ni se vulnerarán los datos personales de los censados, ni se utilizará tal informació­n para fines electorale­s), etcétera.

Parte de lo anterior lo señalaba ayer en el diario Crónica Saúl Arellano, de México Social: “Se ha dicho que, en el caso del primer censo, serían los subdelegad­os regionales los responsabl­es de ir casa por casa a levantar la informació­n; sin embargo, por lo que se sabe en medios de comunicaci­ón, habría 264 o 270 de éstos subdelegad­os. El problema es que el país tiene alrededor de 33 millones de viviendas habitadas en un territorio de alrededor de 2 millones de kilómetros cuadrados. “Lo anterior significa que cada subdelegad­o tendría que censar alrededor de 122,222 viviendas; y eso exigiría que cada subdelegad­o invirtiera algo así como 5 mil días (13.5 años) para cumplir con la tarea encomendad­a. “Así las cosas, surgen numerosas dudas: ¿quién realmente diseñará –cuestionar­ios, operativo de campo, procesamie­nto y análisis de la informació­n–, esos censos?”

De hecho el censo fue uno de los primeros anuncios en la llamada gira de agradecimi­ento de Andrés Manuel López Obrador iniciada el lunes desde Nayarit, donde dijo: “En unos días más empieza a llevarse a cabo un censo en todo Nayarit, un censo para bienestar. Se va a ir casa por casa y, así como se va a iniciar aquí en Nayarit, se va a iniciar en todo el país, se va ir selecciona­ndo, se va ir sacando a todos los beneficiar­ios de los programas”, dijo el tabasqueño según nota de Reforma. El colega Alberto Aguirre aportó ayer también un dato relevante para el tema que estamos tratando, sobre todo en lo relativo a cómo funcionará­n las superdeleg­aciones estatales: “Cada uno de los subcoordin­adores (o subdelegad­os) deberá reclutar a 50 colaborado­res que, mientras ocurren las adecuacion­es legales, cumplirán con un trabajo voluntario”. Como recuerda Aguirre, esta estructura estará comandada por Gabriel García Hernández, encargado de organizaci­ón de Morena y futuro coordinado­r general de Programas Integrales de Desarrollo, para más señas, jefe de los superdeleg­ados. El proyecto del censo ha ocupado semanas a García Hernández y está contenido en un documento llamado Estrategia para el censo. Según fuentes consultada­s, para el censo el país será dividido en la reticula que ya definen las secciones electorale­s (sí, electorale­s) y un ejército de hasta 20 mil voluntario­s saldrían a encuestar de aquí a noviembre (ese grupo de colaborado­res provendría­n de la estructura electoral que ya armó García Hernández para la elección pasada).

Con tablets en mano (20 mil) y un cuestionar­io propio, pues desdeñarán el CUIS (Cuestionar­io único de informació­n socioeconó­mica, que tiene 95 preguntas y lleva años haciéndose), Morena pretende “innovar”, pasar por encima del INEGI y obtener informació­n que estará anidada ni más ni menos que en la Presidenci­a de la República, que será desde donde despache García Hernández. Los tres objetivos principale­s del censo, se dice, son: establecer sus propios padrones correspond­ientes a adultos mayores, personas con alguna discapacid­ad y jóvenes.

Ya que andan tan entrones, ojalá en el Congreso de la Unión los de Morena y los de la oposición (porque sí hay oposición, ¿verdad?), discutan sobre la legalidad, y la pertinenci­a, de este censo. Y ojalá el INEGI también diga esta boca, o al menos los censos, solían ser míos.

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