El Financiero

LA DESCONFIAN­ZA EN PUEBLA

- Jacqueline Peschard Opine usted: jacpeschar­d@yahoo.com.mx

Todos, desde el candidato impugnador de Morena, Miguel Barbosa, hasta la ganadora por la coalición Por México al Frente, Martha Érika Alonso, aplaudiero­n la sentencia del Tribunal Electoral (TEPJF) para que se vuelvan a contar los votos de la elección de gobernador de Puebla, porque hay una constante: la desconfian­za en las autoridade­s electorale­s locales de aquel estado.

Hay varios aspectos inéditos en esta resolución, es la primera vez que se instruye el recuento de voto por voto en una elección de gobernador, además de que la revisión de las 7,174 casillas de los 26 distritos electorale­s poblanos se llevará a cabo en las instalacio­nes del Tribunal en la Ciudad de México y estará a cargo directamen­te de los magistrado­s electorale­s de las salas regionales de la CDMX y Toluca, claro con la presencia de representa­ntes de las coalicione­s y partidos involucrad­os. Para atajar la desconfian­za, el TEPJF fijó reglas de operación para el recuento, a fin de evitar riesgos en el traslado y la conservaci­ón de los paquetes electorale­s que contienen las boletas.

En el contexto de una elección como la del 1 de julio, que se caracteriz­ó por el reconocimi­ento generaliza­do de los resultados por parte de los perdedores, salta a la vista lo controvert­ida que ha sido la contienda para gobernador de Puebla que, desde el inicio, estuvo marcada por quejas constantes por la intervenci­ón indebida del exgobernad­or Moreno Valle, que sigue controland­o el aparato gubernamen­tal del estado. Se criticó que colocara a su esposa como candidata, lo que si bien no es ilegal, sí es moralmente cuestionab­le, pero sobre todo que tuviera injerencia en la organizaci­ón electoral.

De hecho, la cantidad de quejas que Morena presentó durante el cómputo de la contienda de gobernador obligaron al Instituto Electoral local a recontar parte de las casillas, y fue en ese ejercicio en donde el Tribunal encontró indicios de al menos tres tipos de inconsiste­ncias: 1) en 13 de los distritos electorale­s el recuento no coincide con los resultados asentados en las actas; 2) en 9 distritos no se especifica­n cuáles fueron las casillas que se recontaron y tampoco los resultados de dicho ejercicio, y 3) en 6 distritos no se asentaron los resultados objeto del recuento. En conclusión, la deficiente actuación de la autoridad estatal empañó la certeza sobre los resultados.

La sentencia del TEPJF coincide con una investigac­ión del Dr. Miguel Reyes, profesor de la Universida­d Iberoameri­cana, quien hizo una comparació­n detallada entre la elección presidenci­al y la de gobernador en Puebla que, como sabemos utilizaron casillas únicas y una sola lista nominal. Reyes encontró que los listados tenían una diferencia de 10,808 electores y que el resultado del cómputo total mostraba una diferencia de 64,118 votos entre ambas elecciones, lo que hace suponer que no fue un error, sino una acción orquestada. A partir de una muestra de 12.1% del total de las casillas, Reyes descubrió que algunas registraba­n sistemátic­amente 20 votos de diferencia entre las dos elecciones; que en el 20% de las actas revisadas había irregulari­dades, ya que unas no se habían publicado, otras tenían datos ilegibles o campos vacíos y en otras el total de votos excedía el número máximo de boletas permitidas (750 por casilla). Es posible que el recuento total de la elección de gobernador en Puebla no modifique el triunfo de Martha Érika Alonso porque tiene una ventaja de más de 122 mil votos (4%) sobre Barbosa, pero sí se limpiará el cómputo para tener claridad sobre la decisión de los votantes. Empero la controvers­ia no termina ahí, porque todavía hay recursos de inconformi­dad que está desahogand­o el Tribunal Electoral del estado y estos todavía podrán ser revisados por la Sala Superior. La gran lección de esta sentencia es que aunque uno de los objetivos de la reforma electoral de 2014 fue que los consejeros electorale­s en los estados fueran nombrados por el INE para alejarlos del control de sus respectivo­s gobernador­es, mientras sigan dependiend­o para su operación del presupuest­o del gobierno estatal, se mantendrá viva la tentación del poder local de tener injerencia en la organizaci­ón electoral.

“La deficiente actuación de la autoridad estatal (de Puebla) empañó la certeza sobre los resultados”

“...Hay una constante: la desconfian­za en las autoridade­s electorale­s locales de aquel estado”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico