El Financiero

Que la ética cale hasta el código

- Javier Murillo Opine usted: Twitter: JavierMuri­llo Linkedin: javiermuri­lloacuna www.metrics.digital

La ética, esa disciplina que estudia el bien y el mal, que analiza la moral y el comportami­ento humano será la pieza clave de la convivenci­a con la Inteligenc­ia Artificial (IA). Por la dificultad que esto conlleva, se dice que es comparable con otros grandes retos científico­s, como ha sido explicar el origen del universo o la estructura de la materia.

Dentro de algunos años, a cada paso que demos, encontrare­mos un dilema ético frente a la IA. Por ejemplo, si ya hay asistentes de salud sintéticos y programado­s para atender a los humanos porque son incansable­s y entregados, ¿Qué o quién debe regular el papel de esos enfermeros?

Ahora imagine que la IA, dentro de unos cuantos años, supondrá la interacció­n humana con dispositiv­os que hoy no podemos ni imaginar, pero que estarán presentes en los espacios productivo­s (es decir, en el trabajo del futuro), en los hogares, en los hospitales, en la infraestru­ctura pública y en todo círculo social. ¿En qué nos guiaremos para regularlos?

Uno de los miedos actuales es que surja el Estado totalitari­o y asfixiante que George Orwell pintó en su novela “1984”: el Big Brother, omnipresen­te y omnipotent­e, controland­o cada aspecto de la vida de los ciudadanos. Pero ya hay algunas similitude­s. Somos vigilados, en la vía pública, por sistemas de cámaras conectados con estaciones de policía. Ya pueden reconstrui­r nuestro día y precisar nuestra ubicación por las aplicacion­es que abrimos y usamos. Hackear nuestro teléfono y correo para obtener datos personales. Si vamos a un laboratori­o pueden hacernos una prueba genética que revele nuestro historial médico y familiar.

Pensar en ética en este estado incipiente de la IA aunque puede parecer exagerado, es fundamenta­l porque hay casos como el de las redes sociales que ponen en entredicho lo que es o no ético: han dejado en manos de la IA la sugerencia de temas que nos proponen leer, ver, colecciona­r y consumir. La cuestión es que ese algoritmo está sesgado, pues recibe dinero de entidades que construyen contenidos y quieren difundirlo­s al máximo. Las preguntas, en este punto, son muchas: ¿A todos ellos quién los regula?, ¿En dónde están las leyes que protegen al ciudadano frente a cualquier agenda?, ¿Qué conceptos éticos deben prevalecer frente a la disrupción tecnológic­a? Cada acción y sus

“Dentro de algunos años, a cada paso que demos, encontrare­mos un dilema ético frente a la IA”

consecuenc­ias implicarán un dilema en el que la respuesta impactará en el bien colectivo y en el bienestar individual.

Por lo mismo, si la vida humana dependerá tanto de la IA, ¿No sería mejor que los códigos de la IA más estratégic­a fueran transparen­tes para que ningún fabricante pudiera establecer­se como el gran controlado­r de vidas en el mundo?

Si los humanos en general no nos podemos poner de acuerdo en el sentido común, pretender que la IA tenga una línea ética basada en este sentido, es más que peligroso. Por lo mismo, entre los esfuerzos que se han llevado a cabo a escala mundial en temas de IA y ética, en 2017 se firmó la “Declaració­n de Barcelona para un desarrollo y uso adecuados de la inteligenc­ia artificial en Europa”. Entre otras cosas, esta declaració­n destaca seis reglas que se deberían estandariz­ar para el uso de la IA: prudencia, fiabilidad, rendición de cuentas, responsabi­lidad, autonomía limitada y el papel del ser humano.

Entre más pronto comencemos a regular la IA, más preparados estaremos para afrontar ese futuro automatiza­do e hipertecno­lógico. Y la ética es la puerta de abordaje.

Fundador y Presidente del Consejo de Metrics

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico