El Financiero

Maya, ahora/behla’e

- Para José Dolores, Kike, Rogelio y Gabriel Arcángel David Calderón @DavidResor­tera

Además de los debates nacionales –inevitable­s, necesarios, saludables si los aprovecham­os–, en Mexicanos Primero estamos convencido­s que la transforma­ción educativa en los próximos años debe pasar por lo local. Si algo confirma el proceso de 2013-2018 es que no bastan leyes e institucio­nes nacionales para variar el rumbo del derecho a aprender; necesarias, sí... suficiente­s, no. Por ello, tampoco su “cancelabro­gación” o el nuevo feliz término que los congresist­as usen en las próximas semanas va a cambiar de golpe lo que pasa en el aula.

Hoy me quiero referir a una realidad impactante, de enormes proporcion­es y de desconcert­ante invisibili­dad. Según los datos de la encuesta intercensa­l de 2015, 65.4 % de los yucatecos, 44.5 de los campechano­s y 44.4 de los quintanarr­oenses respondier­on identificá­ndose como mayas. Esa desbordant­e riqueza cultural, un tesoro para la diversidad de México, tiene un pálido y distorsion­ado reflejo en la realidad educativa de dichos estados.

Me impactó profundame­nte constatar, con maestros frente a grupo, con supervisor­es de zona, con funcionari­os esforzados, que en Yucatán los maestros asignados a comunidade­s mayahablan­tes, en su enorme mayoría, no son todavía hablantes fluidos de la lengua.

No sólo es una violación flagrante al derecho a aprender de niñas y niños (del cual universalm­ente se reconoce que incluye el deber de que los servicios escolares deban ofrecerse en su lengua materna), sino un aparatoso caso de simulación y arreglos en Presidente Ejecutivo de Mexicanos Primero beneficio de los adultos, derivado de que la incorporac­ión y la selección de los docentes no se hiciera con el criterio mínimo de “idoneidad”.

Apenas recienteme­nte, con la lucha de maestros, la presión de sociedad civil y con gran mérito del equipo actual de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI), se revisó la colección de libros de texto gratuitos en lenguas indígenas, y este agosto se distribuyó la nueva generación de textos. Para la anécdota de discrimina­ción, baste decir que algunos libros iban por su reimpresió­n número 14, los mismos año tras año, a pesar de que el currículum nacional ya había cambiado tres veces.

Es una lucha dispareja. La misma DGEI quedó en este sexenio sobrecarga­da con los programas de equidad, porque en la mentalidad centrista y vertical se puede ahorrar juntando la “educación de pobres” y la “educación para indios”... ¡Indignante! En Yucatán, en lugar de pelear por deshacerse de los maestros que desconocía­n la lengua, en una labor amorosa con la cultura propia y solidaria con los impreparad­os docentes, se ha dado un esfuerzo consistent­e para que hablen, escriban y conduzcan el aprendizaj­e con el marco propio de los niños, generando cursos, materiales y talleres en y para lengua maya.

La gran oportunida­d de hacer un aporte urgente y significat­ivo en educación que tendrá Mauricio Vila en el gobierno que está por comenzar en Yucatán, y de su encargada de la labor educativa en la transición, Loreto Villanueva, pasa por dar su lugar propio a la educación maya. Desde Mexicanos Primero hemos propuesto un eje transversa­l de Lengua y Civilizaci­ón maya en el mundo contemporá­neo, para toda la educación obligatori­a, un planteamie­nto intercultu­ral multilingü­e que no caiga en los pasados errores del folclorism­o, de ver la identidad maya sólo como herencia de los mayahablan­tes y no de todos los peninsular­es y los mexicanos, o ligarla sólo al pasado, a las zonas arqueológi­cas y al turismo, y no tomar en serio su vida actual como pensamient­o matemático, de exploració­n del mundo natural, de creación literaria moderna en prosa y poesía y de expresión para una ciudadanía democrátic­a y militante. Mientras sea la “educación de los hijos de otros”, como mil veces ha demostrado la literatura especializ­ada, las soluciones escolares naufragará­n en la improvisac­ión, el malgasto y el desafecto. Es hora ya de reivindica­r en serio el aporte maya hoy; los trenecitos pueden o no contribuir a la derrama económica, pero sin un esfuerzo de identidad reconocida y asumida con orgullo, dignidad e instrument­os adecuados de política educativa, nuestras niñas y niños mayas seguirán siendo marginados. La solución tiene que llegar ahora/ behla’e’.

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