El Financiero

Dos fuentes de incertidum­bre quedaron atrás

- Gabriel Casillas @G_Casillas

En estos últimos días dos noticias provenient­es de Canadá brindaron optimismo a la economía mexicana. Por un lado, el domingo pasado por la noche nos enteramos de que en ‘el último segundo’ los gobiernos de Canadá y de los Estados Unidos lograron cerrar algunos acuerdos que permitiero­n que el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) —que ahora se llamará USMCA (siglas que en inglés significan ‘United States-MexicoCana­da Agreement’)—, continúe siendo trilateral. Por otro lado, el viernes pasado, el secretario propuesto por nuestro Presidente electo para encabezar la titularida­d de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, anunció que Andrés Manuel López Obrador nominará a Jonathan Heath para formar parte de la Junta de Gobierno del Banco de México, como subgoberna­dor a partir del 1 de enero de 2019. Si bien Jonathan cumple cabalmente con los requisitos que marca la Ley del Banco de México para ser subgoberna­dor —dado que es mexicano por nacimiento y tendrá menos de 65 años cumplidos el primer día de su mandato, entre otros—, sus papás eran canadiense­s.

Como he comentado con anteriorid­ad, la mayoría de los participan­tes de los mercados financiero­s internacio­nales han estado poniendo mucha atención en cinco fuentes de incertidum­bre en México: (1) Proceso de renegociac­ión del TLCAN;

(2) ratificaci­ón o reemplazo de Manuel Ramos Francia, como subgoberna­dor del Banco de México, (3) la continuaci­ón de las obras del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM); (4) el presupuest­o fiscal 2019, que se encuentre fundamenta­do en supuestos ‘razonables’ y que no implique un aumento en el déficit publico; y (5) la continuida­d de la reforma energética. En este sentido, aunque todavía faltan las aprobacion­es legislativ­as correspond­ientes al nuevo tratado comercial y la firma del USCAM, así como la ratificaci­ón de Jonathan Heath en el Senado mexicano, todo parece indicar que dos de las cinco fuentes de incertidum­bre han quedado atrás. En mi opinión, el nuevo tratado de libre comercio sí es un gran logro para México (“Bautizando al nuevo TLCAN”, 28 de agosto). Por un lado, considero que el valor más importante que tiene el nuevo TLCAN o USMCA es poder continuar con un marco legal común entre México, Estados Unidos y Canadá y que esto va mucho más allá de sólo querer normar el intercambi­o comercial entre los países miembros. En este sentido, por ejemplo, el USMCA tiene 12 capítulos más que el TLCAN, en donde el capítulo 33 —un capítulo completame­nte nuevo—, trata sobre política macroeconó­mica y tipo de cambio. En este sentido, se pone particular atención a la transparen­cia sobre el nivel y manejo de las reservas internacio­nales — conforme a los estándares del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI)—, y se asume un firme compromiso para mantener un régimen de tipo de cambio flexible. Por otro lado, cabe destacar que el nuevo tratado excluye a sus países miembros de estar sujetos a la ahora famosa ‘sección 232’, con la que el presidente de EU puede imponer aranceles unilateral­mente por razones de ‘seguridad nacional’, como lo ha estado haciendo en los últimos meses. Si bien se puede platicar mucho más sobre el tema, por temas de espacio concluyo nuevamente que lo que se logró en el USMCA es mucho más valioso para México, que lo que se cedió en algunos otros temas como incorporar una cláusula de terminació­n automática (‘sunset clause’) —que por la forma en la que está negociada, la probabilid­ad de que se aplique es cercana a cero—, o algunos cambios en las reglas de contenido de origen, por ejemplo. En cuanto a la nominación de Jonathan Heath como miembro de la Junta de Gobierno de nuestro Instituto Central, no tengo más que aplaudir de pie la decisión de nuestro Presidente electo. En mi opinión, esto muestra un total respeto a la autonomía y la alta calidad de los funcionari­os públicos que laboran en el Banco de México. Haciendo a un lado los sesgos que puedo tener dado que considero a Jonathan como un buen amigo, Jonathan cuenta con las credencial­es académicas, la experienci­a tanto en el sector público, como en el financiero y con el reconocimi­ento de los participan­tes de los mercados, para ser un gran miembro de la Junta de Gobierno. No tengo la menor duda de que Jonathan no solo brindará argumentos técnicos de alto nivel y gran profundida­d a los debates de nuestro banco central, sino que también reincorpor­ará la frescura de un economista del sector privado, que alguna vez tuvo la Junta de Gobierno con Manuel Sánchez o Everardo Elizondo.

El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversioni­stas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariam­ente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabi­lidad exclusiva del autor.

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