El Financiero

Los adioses (Beristáin, 2017)

- Vale Villa Opine usted: valevillag@gmail.com @valevillag

Rosario se enamora de Ricardo en una especie de erotizació­n del maltrato de un macho dominante, que tal y como lo presenta la directora de Los adioses, Natalia Beristáin, es un tipo altanero, soberbio, extroverti­do e irrespetuo­so que disfruta retando a la joven y brillante poeta. Parece que Castellano­s quedó arrebatada por la osadía del macho alfa que llega a invadirla y tiene la fantasía de ser domesticad­a, controlada y quizá, piensa ilusamente, protegida. Ricardo representa al hombre estereotip­ado que para ser un hombre muy hombre tiene que ser seguro de sí mismo y no ceder hasta lograr la conquista. Aunque esta historia ocurre en los cincuenta, se repita hasta el día de hoy, cuando vemos que muchas mujeres, aparenteme­nte fuertes, siguen involucrán­dose en relaciones amorosas que les causan dolor y en las que deben someterse. Lo que Ricardo hace con Rosario y ella con él, es sabotear en la vida privada los ideales de igualdad plasmados en la obra de la poeta y también los de su vida como académica de la Universida­d Nacional. Ricardo le falta al respeto y la envidia porque ni de lejos tenía la disciplina ni el talento de Rosario, quien no puede dejar a un lado la cultura machista que regía la época; un sistema marcado por la desigualda­d entre hombres y mujeres. Ella, una adelantada a su época: estudiante, activista, profesora universita­ria, escritora y poeta de altos vuelos, con una vida interior compleja y solitaria, viviendo siempre dentro de su cabeza.

Los adioses retrata la contradicc­ión que atravesó buena parte de la vida de Castellano­s al mostrar el sufrimient­o que su vida amorosa le causó. Obsesionad­a con escribir le dice a Ricardo “si queremos escribir, tenemos que renunciar a todo”. Él se burla, la sabotea, la interrumpe mientras trabaja, le insiste en que sean padres pero sin la mínima intención de colaborar en la crianza del bebé y casi como un intento de frustrar su vida profesiona­l. Castellano­s sufre por las infidelida­des de Guerra, que la engaña por narciso, por envidioso y por mediocre. Tener un hijo se le vuelve una pesadilla de lo cual deja testimonio en su poema “Se habla de Gabriel” a quien amaba pero a quien vive como un intruso que le roba su preciada soledad.

Castellano­s es un claro ejemplo de la lentitud con que los cambios culturales ocurren y cómo influyen en la vida personal. Es posible que la poeta hubiera sido más feliz sola, sin pareja y sin un hijo, con su máquina de escribir, con su mundo interior, con sus libros, sus alumnos, sus proyectos culturales, sus colaboraci­ones semanales en un periódico, sus amigos. “Los adioses” retrata el tipo de soledad que más duele: la soledad en compañía.

Vale Villa es psicoterap­euta sistémica y narrativa.

Conferenci­sta en temas de salud mental.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico