El Financiero

USMCA: se reduce la incertidum­bre, pero no se elimina

- Carlos Serrano Herrera Opine usted: economia@ elfinancie­ro.com.mx

Ya conocemos los textos del nuevo tratado de libre comercio de América del Norte que ahora tendrá el acrónimo de USMCA (por United States Mexico Canada Agreement). Los equipos negociador­es de los tres países los dieron a conocer el domingo, minutos antes de que expirara el límite que tenía la administra­ción Trump para someterlos al Congreso.

Es muy positivo el hecho de que Canadá se haya sumado, sobre todo porque ello incrementa las posibilida­des de que el acuerdo sea aprobado por el congreso estadounid­ense. Después de dar una primera revisión a los textos, me parece que la primera valoración ya comentada en estas páginas se sostiene. A saber, es un buen acuerdo dadas las circunstan­cias, y, sobre todo, mucho mejor a la alternativ­a. Es un acuerdo que no debe ser disruptivo ni al comercio, ni a la inversión, ni a las cadenas de valor.

Quizá los cambios más relevantes estén en el sector automotriz. Esto no es de sorprender ya

Economista Jefe de BBVA Bancomer que este explica en su totalidad el déficit de balanza comercial que Estados Unidos tiene con México. La administra­ción Trump exigió una serie de restriccio­nes pensando que con ellas se logrará que una mayor parte de la producción automotriz de Norteaméri­ca se lleve a cabo en Estados Unidos, sin percatarse que dichas restriccio­nes resultarán en una pérdida (creo que no muy significat­iva) de competitiv­idad de la región y no en mayores niveles de producción en su territorio. El nuevo acuerdo contempla que para que un automóvil puede ser exportado a Estados Unidos con arancel cero, tendrá que cumplir con tres requisitos: i) 75% de su valor tendrá que provenir de alguno de los tres países del USMCA; ii) el 70% del acero y aluminio del automóvil tendrá que provenir de Norteaméri­ca; y iii) 40% del valor del automóvil (45% en el caso de las camionetas) deberá ser elaborado por trabajador­es que ganen al menos 16 dólares la hora. Es posible que cerca de la mitad de los modelos manufactur­ados en México no vaya a cumplir con alguno o más de estos requisitos. Sin embargo, esto no debería ser restrictiv­o. En la actualidad alrededor de una tercera parte de los vehículos que México exporta a Estados Unidos no cumple con los requisitos del tratado de 1994 y por ello no se beneficia del arancel cero. No obstante, pueden ser exportados pagando un arancel de 2.5%, que es el arancel de Nación Más Favorecida de la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC) que aplica para este caso. Y este arancel no resulta en una pérdida de competitiv­idad en la manufactur­a de autos en México.

Hay que analizar, sin embargo, dos posibles cambios a lo antes descrito. Primero, se establece que, si Estados Unidos decide imponer aranceles más altos a las importacio­nes automotric­es del resto del mundo por motivos de seguridad nacional, México y Canadá estarán exentos en las primeras 2.6 millones de unidades. Actualment­e México exporta 1.7 millones. Al ritmo actual esa cifra se alcanzaría en unos 5 años. Me parece difícil pensar que Estados Unidos podrá mantener aranceles altos frente al resto del mundo durante un periodo de tiempo tan largo. Hay otro elemento del acuerdo que representa un riesgo: Se establece que si Estados Unidos modifica el arancel de 2.5% que se tiene registrado en la OMC (para ello tendría que activar un procedimie­nto complejo o de plano abandonar la organizaci­ón), Estados Unidos se compromete a mantener dicho arancel para México. Sin embargo, y aquí radica el riesgo, se establece que en este caso podría establecer una cuota de 1.6 millones de autos (por encima de ella aplicaría el nuevo arancel). Esta cuota si sería restrictiv­a, por ser menor al nivel actual de exportacio­nes. En resumen, el nuevo acuerdo, en caso de firmarse, reduce sustancial­mente el riesgo para el sector automotriz, pero prevalece el peligro en caso que Estados Unidos lograra modificar sus aranceles en la OMC y que en adición decida aplicar la cuota mencionada. Me parece que es un riesgo de probabilid­ad baja, pero que de materializ­arse tendría un impacto negativo alto.

“Quizá los cambios más relevantes estén en el sector automotriz. Esto no es de sorprender pues éste explica el déficit de balanza comercial”

“Es posible que cerca de la mitad de los modelos manufactur­ados en México no vaya a cumplir con alguno o más de los requisitos”

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