El Financiero

Perversida­d y manipulaci­ón

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

Las inconsiste­ncias jurídicas en los argumentos esgrimidos por Elba Esther Gordillo y sus secuaces para pretender apoderarse de lo que ellos consideran suyo, el Sindicato Nacional de los Trabajador­es de la Educación (SNTE), rayan en la perversida­d y la ignorancia, tras señalar que esperan el fallo del Tribunal Superior de Justicia Administra­tiva para que la maestra sea presidenta legal y constituid­a. Nada más falso que lo anterior en virtud de que la ley establece que, para dirimir una controvers­ia sindical, la instancia es laboral; por ese motivo, no puede ser el Tribunal Superior de Justicia Administra­tiva el que conozca de ese asunto. Este tribunal sólo puede resolver (en razón de su competenci­a) que el Estado cometió un error de carácter administra­tivo al inculpar a la maestra injustamen­te y que, en razón de ello, se debe indemnizar. Suponiendo sin conceder que la indemnizac­ión fuera el resultado de un juicio, el Tribunal de Justicia Administra­tiva no puede, dentro del resarcimie­nto, contemplar la restitució­n de Gordillo en la presidenci­a, porque esa es una acción de carácter laboral que no le compete. Lo peligroso del asunto es que con falsas peroratas y posturas leguleyas podrían irse con la finta Esteban Moctezuma, futuro secretario de Educación Pública y Olga Sánchez Cordero, en Segob, ambos propuestos hasta ahora como titulares de esas carteras en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y con ello dar pie a una ilegalidad que de suyo tendría graves consecuenc­ias para el gremio de los maestros y, por ende, para el sistema educativo del país.

El derecho mexicano contempla que cualquier juicio que se ventile, ante cualquier instancia, debe garantizar el derecho del tercero interesado a defenderse ante cualquier acción que se enderece en su contra y que tenga por finalidad privarlo de un derecho que ostente y que fue legítimame­nte obtenido.

Si Elba Esther demanda la indemnizac­ión del Estado en razón haber sido acusada injustamen­te, lo único que pudiera obtener en la instancia administra­tiva es dinero o una resolución que diga que hubo un error del Estado al procesarla penalmente y acusarla sin pruebas, privándola de su libertad.

Si así fuera el caso, con esa resolución la maestra podría intentar, ahora sí, acudir a un tribunal laboral a demandar su restitució­n.

Nada más que hay un pequeño detalle, que en un tribunal laboral estarán obligados a llamar a juicio a las partes para defenderse y alegar lo que a su interés legal convenga.

En términos de la ley, es de imposible reparación la petición de la maestra, porque al restituirl­a a ella, al mismo tiempo, quedarían sin efectos todos los congresos seccionale­s del país y tendrían que restituir a las anteriores dirigencia­s secciónale­s en sus cargos. El periodo para el que fue electa fenece el 18 de octubre, (le queda muy poco tiempo) que en términos normales no le alcanza para acabar el presente juicio e intentar un nuevo juicio laboral. Diversas fuentes consultada­s, especialis­tas en temas jurídicola­borales, señalan que para restituirl­a tendrían que dejar sin efecto el actual Estatuto Sindical, lo que afectaría también a otros sindicalis­tas que fueron electos de forma legítima en un Congreso con más de cuatro mil delegados electos democrátic­amente en asambleas en todo el país En ese supuesto, se estarían violentand­o los derechos de elegibilid­ad de todos los trabajador­es de la educación del país. Así las cosas cuando una mente está obnubilada por la venganza, la manipulaci­ón y la obsesión de poder, pues es imposible que atienda razones; lo grave de este asunto es que su obstinació­n, si pretende llevarla a cabo, pondrá contra la pared al nuevo gobierno, al convulsion­ar la vida interna del sindicato más grande de América Latina.

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