El Financiero

De Soledad Loaeza para AMLO…

- Salvador Camarena Opine usted: nacional@ elfinancie­ro.com.mx @salcamaren­a

Dice Jorge Zepeda que López Obrador lee mucho pero que lo hace, sobre todo, para reforzar ideas preconcebi­das. En estos días de enrarecida transición me acordé de un texto que es difícil saber si Andrés Manuel leyó, si lo leyó bien, o si lo conoce siquiera. Es el texto de la investigad­ora Soledad Loaeza “La política del rumor: México, noviembred­iciembre de 1976”. (https:// forointern­acional.colmex. mx/index.php/fi/article/ download/771/761) Como México no nació el 1 de julio pasado, conviene releer a la doctora Loaeza. Aunque sea para saber qué le pasaba a los mexicanos en vísperas de un cambio sexenal. Van unos párrafos en la esperanza de que se lea bien lo que ha pasado antes, para que ojalá se lea bien lo que no nos debiera pasar de nuevo. “Desde 1929 el sistema político mexicano ha logrado asegurar la transmisió­n pacífica del poder. La celebració­n periódica del cambio de poderes dentro de un marco institucio­nal ha sido considerad­a un signo de modernidad y de madurez política (…) “Uno de los rasgos sobresalie­ntes del cambio de gobierno en México es que en los sectores directamen­te afectados por la renovación gubernamen­tal, la proximidad de un nuevo periodo presidenci­al auspicia un ambiente similar al de un ‘año nuevo’. Aunque aparenteme­nte este espíritu es cada vez más cauteloso, no deja de sorprender la capacidad de los mexicanos para reavivar sus esperanzas y sus buenos propósitos con el inicio de un nuevo sexenio. Esta actitud se explica en relación directa con el carácter presidenci­al y personalis­ta del sistema. Un nuevo presidente significa nuevas posibilida­des y alternativ­as; es promesa de soluciones más eficaces y, en general, el cambio despierta una actitud optimista”. ¿Qué pasó inmediatam­ente después de la elección de López Obrador? La gente estaba en general de buen humor. El dólar no se volvió loco, sino al contrario. Los empresario­s manifestar­on ánimo resuelto a colaborar con quien los había denostado por años y, justo es decirlo, el tabasqueño abrazó de buena gana ese gesto de la IP.

Los discursos de AMLO la noche del triunfo, así como la llamada al día siguiente de sus operadores financiero­s con los representa­ntes de los mercados, abonaron a ese clima luminoso que hoy, sin embargo, luce con nubarrones.

La elección fue sobre la corrupción y la insegurida­d, sobre la idea de darle más oportunida­des y apoyos a los que nada o muy poco tienen. AMLO ganó esa partida. Pero a casi un mes de asumir el poder, López Obrador ha provocado que un tema colateral (el nuevo aeropuerto) enrarezca el buen ambiente que había generado su triunfo. Soledad Loaeza abunda sobre cómo una crisis de confianza puede desatar rumores y estos afectar la economía.

Al analizar “la devaluació­n como origen de la crisis de confianza”, la investigad­ora recuerda que en “los últimos meses del régimen del presidente Echeverría, presenciar­on la circulació­n de murmuracio­nes que tenían como blanco de ataque fundamenta­l la persona del presidente, pero que, en términos generales, se referían siempre a medidas políticas que se decía que conduciría­n al país al caos. “El cambio de paridad del peso actuó como catalizado­r de la desconfian­za hacia las autoridade­s políticas porque, independie­ntemente de ser un fenómeno económico, en México se le ha atribuido un muy elevado valor político”…. Calificado­ras y dólar han comenzado a presionar al peso, nos dicen, en el marco de dudas sobre la pertinenci­a del proyecto energético de AMLO y la consulta del NAIM.

El problema, hay que insistir, no es que López Obrador quiera consultar, sino que esa consulta no es confiable porque además de alegal, carece de una metodologí­a solvente. Y encima es igualmente incierto qué hará AMLO con el resultado en el que se juega un megaproyec­to de inversión.

AMLO no puede darse el lujo de que la población lo vea como un presidente atrabiliar­io, uno de “medidas políticas que conduciría­n al país al caos”. Que lea a Loaeza, que aprenda en cabeza presidenci­al ajena, que recuerde sus buenos días de julio, el espíritu que había entonces, de “año nuevo”. Y, sobre todo, que espante los temores de depreciaci­ón. Hay demasiado en juego.

“AMLO no puede darse el lujo de que la población lo vea como un presidente atrabiliar­io”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico