“Al entrar a EU nos humillaron peor que a animales”
Al llegar a Estados Unidos huyendo de la violencia de Nicaragua y en búsqueda de una mejor opción de vida, el recibimiento que tuvo una familia de migrantes fue “humillante, nos trataron peor que animales”.
Este es el testimonio que recogió la periodista Adela Micha al entrevistar a Nayeli Pérez, quien lleva tres meses “refugiada” en la Iglesia Edén de Cristo, en San Francisco, California, considerado estado santuario.
En entrevista transmitida en el programa En EF y por Adela, de El Financiero-Bloomberg, Nayeli relató a la periodista que la violencia infringida por las propias autoridades policiacas de su nación en contra de la población obligaron a su familia a tomar la decisión de abandonar su vida e ir a Estados Unidos.
El plan original, narró, era llegar a México y establecerse ahí; sin embargo, les fue negada la solicitud de refugio a ella, su esposo, cinco hijos y su yerno.
En su travesía, Nayeli relató que en Tapachula, Chiapas, fueron objeto de agresiones por parte de presuntos policías federales, pero encontraron un refugio con el pa- dre Solalinde en el asilo Hermanos del Camino, en Ixtepec, Oaxaca, el cual decidieron abandonar para seguir su camino hacia el norte, porque reconoció que no podían quedarse a vivir entre tanta gente. Pero su ingreso a Estados Unidos fue humillante: “Fue lo más duro, nos humillaron como a nadie, como ni a los animales, digo yo, porque aquí yo veo cómo tratan a los animales, que los tratan bien y a nosotros no”, aseveró. “Muchas cosas horribles nos dijeron y a mi esposo peor, le fue peor, le gritaron, le hacían gestos como que le iban a pegar o algo, y uno no puede defenderse, y mis niños vieron todo eso”, lamentó. Nayeli recordó que de inmediato fue separada de su esposo, mientras que a ella la enviaron de Tucson. Indicó que también detuvieron a su yerno. Mientras su esposo y su yerno están detenidos, a ella le colocaron un brazalete que le dijeron que le quitarían en 60 días; han pasado tres meses y todavía no se lo retiran. “Lo más importante es que me quiten el grillete que traigo puesto, acá está, molesta demasiado. Me lo pusieron y no había hecho nada”, dijo.