¿Qué es eso a lo que políticos y medios llamamos los Mercados?
Algunos los detestan con rigor ideológico y otros los atesoran con disciplina empresarial. Unos buscan intervenirlos con explicaciones regulatorias y mientras otros buscan desregularlos con argumentos de libertad.
En su definición más simple, un mercado es un espacio –físico o digital— que coloca a los vendedores en un mismo lugar con el propósito de facilitar el encuentro de compradores. En ese espacio fluyen la oferta y la demanda y transaccionan en un idioma universal llamado precio. Hay tal variedad de mercados y tantas acepciones del término, que dos personas podrían discutir eternamente cómo preferirían que actuaran, qué tendría que evitarse o qué se debería promover y –quizá—nunca visualizar el mercado de la misma forma.
Y es que para los economistas, el mercado es un conjunto de transacciones regulares de bienes y servicios efectuadas por individuos, empresas, cooperativas o gobiernos (sus participantes). Y suelen poner su atención en cómo la transaccionalidad se ve afectada –en positivo o en negativo– por la escasez, por necesidades ilimitadas, por efectos fiscales o legales o por abundan- cia relativa, entre otros.
Pero para los mercadólogos, el mercado es un conjunto de consumidores que quieren, pueden y están dispuestos a comprar un producto ofertado o por ofertar. Son la demanda de consumo potencial, suelen resumir. Y suelen poner su atención en su creación, su extinción, su extensión, sus nichos y sus preferencias, entre otros.
Los financieros, en cambio, visualizan el mercado como el espacio global en el que se realizan intercambios de instrumentos financieros y se definen precios. Y suelen poner su atención en su liquidez, su valor, su profundidad, sus índices, su toma de utilidades, su absorción de efectos o su volatilidad, entre otros. Los políticos, bien en un rol de autoridad en ejercicio o en un rol de demócratas críticos, tienden a leer los mercados en función qué tan libres o regulados son o deberían de ser. Y suelen poner su atención en qué entidad de gobierno debería o no controlar o limitar las condiciones en las que los participantes compran y venden lo que pueden. En su lenguaje afloran términos como abuso, insensibilidad, promoción, utilidad, atractividad, controles, sanciones o incentivos. Los empresarios, en contraste, visualizan el mercado en función de qué tan competitivos son y constantemente están evaluando si existe un suficiente número de participantes para que nadie pueda ejercen poder unitario sobre precios o cantidades o si, en su defecto, están frente a mercados no competitivos donde uno o varios participantes gozan del poder para determinar condiciones. En su lenguaje, aflora el riesgo, la competencia, la rentabilidad, los costos, la atractividad, ineficiencias o agotamiento. Y los delincuentes tienden a leer los mercados en función de su transaccionalidad al margen de la legalidad existente; sea porque los bienes o servicios proporcionados son ilegales o porque las actividades que realizan se hacen eludiendo intencionalmente la regulación aplicable. Así, entre que unos y otros expresan los que les gustaría que fueran eso que cada quien llama “los mercados”, todos sus participantes –los del sector privado, el sector público y el sector social– salimos todos los días a ese espacio de transaccionalidad a buscar maximizar nuestro respectivo
“A los mercados los nutrimos –directa o indirectamente– con la oferta y la demanda, con la reacción a un precio...”
“Todos somos agentes de múltiples mercados. De esos que recurrentemente disfrutamos, a veces padecemos y en algunas ocasiones criticamos”
interés individual, primero, y el colectivo, segundo.
A los mercados los nutrimos –directa o indirectamente– con la oferta y la demanda, con la reacción a un precio, con patrones de uso o de consumo o con la exigencia consciente o inconsciente de determinadas condiciones. Todos somos agentes de múltiples mercados.De esos que recurrentemente disfrutamos, a veces padecemos y en algunas ocasiones criticamos.
Empresario y conferencista internacional