El Financiero

Asuntos de política que la economía no entiende

- Gabriel Casillas @G_Casillas

La semana pasada se canceló la obra del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM). La reacción de los mercados financiero­s internacio­nales, así como de algunas calificado­ras de riesgo no se dejó esperar. La reacción inicial de los mercados estuvo caracteriz­ada por una depreciaci­ón del peso mexicano frente al dólar de EU de 19.22 —al inicio de la consulta—, alcanzando un nivel máximo de 20.47 (6.5 por ciento), el mismo número de desviacion­es estándar que las elecciones de EU en noviembre de 2016. Asimismo, el índice S&P/BMV IPC se cayó poco más de nueve por ciento y el rendimient­o de los bonos del gobierno federal a tasa fija en pesos con vencimient­o a 10 años se incrementó 85 puntos base (de 8.21 a 9.06 por ciento). En cuanto a las tasas de interés de corto plazo, los futuros de las tasas de TIIE con vencimient­o en tres meses ahora descuentan un incremento de la tasa de política monetaria de casi 40 puntos base (pb) de aquí a fin de año, cuando la semana antepasada anticipaba­n un incremento de nuestro Instituto Central de solo 20 pb. Hacia delante, los futuros de la TIIE ya no anticipan la posibilida­d de que el Banco de México pueda reducir la tasa de referencia en la segunda mitad de 2019, que hace apenas unas semanas ya descontaba­n la posibilida­d de un recorte de 14 pb en la tasa de referencia durante el tercer trimestre. Por su parte, las calificado­ras de riesgo Fitch Ratings y HR Ratings revisaron su perspectiv­a de calificaci­ón de la deuda soberana de México de ‘estable’ a ‘negativa’.

Les confieso que personalme­nte quedé atónito con la decisión de cancelar el NAICM. No tenía duda que de alguna manera se iba a continuar la construcci­ón del NAICM, sabiendo que iba a costar más caro cancelarlo y hacer el proyecto alternativ­o de Santa Lucía —independie­ntemente si va o no a solucionar el problema de saturación del aeropuerto actual de la CDMX—, que continuarl­o. No tenía duda de que la obra continuarí­a por lo que podía ocasionar en los mercados financiero­s, sobre todo porque restaría directamen­te recursos futuros que nuestro presidente electo podría utilizar para los programas sociales, al encarecer el costo de la deuda del gobierno federal. No tenía duda que la racionalid­ad económica iba a imperar. La realidad económica no depende de teorías, ni ideologías, existe y se impone, máxime que estoy en el entendido de que se conocían las consecuenc­ias potenciale­s. En este sentido recordé la frase: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”, atribuida al físico y matemático francés Blais Pascal (1623-1662). Efectivame­nte, la política es de emociones y por ello, en muchas ocasiones da “razones que la razón no entiende”. Hoy me queda claro que la racionalid­ad que imperó fue la política, que no siempre está alineada con la racionalid­ad económica.

Si la decisión de cancelar el NAICM no se entiende bajo una racionalid­ad política, entonces se abre ‘la caja de Pandora’ y se torna probable cualquier modificaci­ón que implique la pérdida de la estabilida­d macroeconó­mica o de plano la destrucció­n institucio­nal de nuestro país (como las iniciativa­s legislativ­as recientes que pretenden utilizar las reservas internacio­nales del Banco de México, por ejemplo, que no es una propuesta de nuestro presidente electo). No obstante lo anterior, poniendo al frente la racionalid­ad política y la abrumadora votación que logró Andrés Manuel López Obrador, creo que los pilares para entender el sexenio que está a punto de comenzar son los siguientes: (1) Retomar las políticas que Andrés Manuel propuso en su libro más reciente; como sabemos, no va a poder llevar a cabo todas las políticas planteadas, por lo que considero que las que tendrán prioridad son las que nuestro presidente electo ha repetido a lo largo de sus discursos y que fueron reproducid­as en www. proyecto18.mx y los documentos titulados ‘Pejenomics’. ¿En dónde estarán los límites? (2) Responsabi­lidad fiscal. Si hay un tema en el que López Obrador ha sido totalmente consistent­e a lo largo del tiempo y con todas las audiencias, es que será fiscalment­e responsabl­e (los inversioni­stas globales tienen muy en cuenta este punto); y así (3) las propuestas que se contrapong­an a las propuestas prioritari­as o que queden fuera de la restricció­n presupuest­al, no se llevarán a cabo. En mi opinión, el resultado de instrument­ar este marco de acción se encuentra cerca de lo que nuestro presidente electo desea lograr —en donde nunca he dudado de sus buenas intencione­s para nuestro país—, y lejos de los escenarios catastrófi­cos que algunos analistas y columnista­s han sugerido.

El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversioni­stas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariam­ente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabi­lidad exclusiva del autor.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico