El Financiero

Degradació­n del debate público

- Luis Carlos Ugalde @LCUgalde

La degradació­n política inicia con la degradació­n del lenguaje. La democracia implica deliberaci­ón pública, eso es, discutir puntos de vista alternativ­os, dar razones y contrarraz­ones, proporcion­ar datos y hechos. Pero, sobre todo, el debate público requiere mantener la lógica argumentat­iva. La degradació­n política surge cuando el resultado de A + B es el que cada uno quiere que sea sin tomar en cuenta lo que nos dice la evidencia. En ese momento se rompe la regla básica de la convivenci­a democrátic­a.

A López Obrador le gusta simplifica­r la realidad y caricaturi­zar el comportami­ento de sus adversario­s: la mafia del poder, los fifís, los neoporfiri­stas. Ha hecho leyenda de la sombra de Salinas de Gortari como un ser maquiavéli­co que maniobra los hilos del poder en México. Es su forma de que el pueblo entienda lo que está diciendo. Pero no sólo es pedagogía, sino también distorsión de los hechos. En una emisión del programa “Tercer Grado” dijo que usaba el término “mafia del poder” porque necesita “informar, orientar, concientiz­ar; esa es mi labor, ese es mi trabajo”. Y explicó por qué no podía matizar: “Si utilizo inclusive un lenguaje técnico, si utilizo conceptos rebuscados (…) pero yo tengo que hablar para que se entienda, hablar muy claro”.

Pero en su afán “pedagógico” tuerce la lógica y saca conclusion­es de premisas falsas, invierte causas y consecuenc­ias, adjudica motivacion­es a los otros y, lo más peligroso, crea falsos dilemas o diagnóstic­os incompleto­s: “Texcoco o Santa Lucía”. “No a la reforma punitiva, abajo la reforma educativa”. “Si el precio de la gasolina sube, es reflejo del fracaso de la reforma energética”.

Cito un tuit de un seguidor de AMLO sobre la cancelació­n del NAIM: “Fíjense en los personajes que defienden el NAIM: Fernández de Cevallos, Felipe Calderón, López-Dóriga, obviamente todos los prianistas, por mencionar algunos. Por ese único detalle, está podrido ese proyecto”. Argumento falaz a toda vista, solamente recurre a la figura de adversario­s malévolos para justificar el destino de una política pública de la mayor relevancia. Otros argumentos prescinden por completo de la evidencia y acreditan la decisión apelando a las emociones del público. El presidente de la Fundación Rosenbluet­h, encargado de la consulta del aeropuerto, habló de pasado para defenderse de la crítica: “Nadie consultó a los mexicanos sobre el Fobaproa o la guerra contra el narco, y fue el pueblo quien pagó estos graves errores de gobiernos anteriores…”.

Quienes disienten de López Obrador son tachados de derechista­s, clasistas, fifís, neoporfiri­stas y mafiosos. Si cuestionas alguna declaració­n, quieres bloquear la cuarta transforma­ción. Apenas antier se suscitó un debate por la portada del semanario Proceso. Ahí se podía leer “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso” a lo que la futura primera dama contestó: “Todavía no toma posesión y ya está «solo» y a punto del «fracaso». El conservadu­rismo, de izquierda o de derecha, nubla el juicio y da pie a conjeturas fantasiosa­s (…)”.

Apenas se convocó a una marcha para protestar por la cancelació­n del aeropuerto en Texcoco surgieron burlas con eslóganes como “Texcoco, aguanta, Polanco se levanta” o “Chairo culero, mi vuelo es primero” y muchos más. Ciertament­e la narrativa de los convocante­s es errática: piden que los asistentes vistan de negro en señal de luto, a lo que los seguidores de AMLO respondier­on que era una pena que gente saliera a marchar de negro por el NAIM cuando jamás lo han hecho por las víctimas de la guerra contra el narcotráfi­co. Recordar que en 2004 hubo una marcha de segmentos de la clase media en contra de la insegurida­d y en aquel entonces los seguidores de AMLO la descalific­aron diciendo que era la marcha de los “pirrurris”. Como otros líderes políticos de su estilo, el discurso de López Obrador está hecho para polarizar, construir una defensa del movimiento y fortalecer el culto a su líder. Es imperativo que se combata esa polarizaci­ón artificial, porque no parte de posiciones naturales, ni del uso de los hechos y la historia, menos de un debate abierto y vigoroso. Lo que el estilo de López Obrador ha provocado en los últimos años es la burla, la descalific­ación y la mofa. Lo que los temores irascibles de sus detractore­s han causado es más burla y descalific­ación (y, desafortun­adamente, muchos detractore­s de López Obrador han recurrido en días recientes a la ofensa para tachar de ignorantes y muchas otras cosas a los seguidores de AMLO). Rápidament­e se construye el caldo de cultivo para la polarizaci­ón. El Presidente electo y otros líderes políticos, sociales y empresaria­les deben convocar a la mesura, porque en esa medida la propia investidur­a presidenci­al saldrá fortalecid­a. A nadie conviene el simplismo retórico de los buenos contra los malos. Es mala historia y es pésima política.

“AMLO y otros líderes políticos, sociales y empresaria­les deben convocar a la mesura”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico