Pelosi llama a demócratas a ser un real contrapeso
Nancy Pelosi perdió hace siete años el control de la Cámara de Representantes, pero no ha dejado que nadie le quite el título de la mujer más poderosa de Washington, y ahora aspira a recuperar el cargo con el que hizo historia para guiar a un Partido Demócrata todavía en crisis existencial.
Aunque los demócratas aún tienen que elegir a su líder en la Cámara Baja, la victoria del partido en las elecciones legislativas de ayer allana el camino para que Pelosi se convierta en el principal rostro de la oposición al presidente Donald Trump.
“Mañana será un nuevo día”, afirmó ayer luego de confirmarse que los demócratas lograron arrebatarle la Cámara Baja a los republicanos. Ademas, insistió en que el logro de los demócratas no tiene que ver con las diferencias partidistas, sino con “conservar los valores constitucionales” de Estados Unidos. “Con esta nueva mayoría demócrata vamos a honrar los valores de nuestros padres fundadores”, afirmó en su discurso de victoria. A sus 78 años, es una de las políticas más polémicas de Estados Unidos: los republicanos la valoran menos que al líder norcoreano, Kim Jong-un, según una encuesta de junio pasado, y durante la campaña para las intermedias han emitido más anuncios en su contra que los progresistas sobre el presidente Trump.
Mientras, muchos demócratas la consideran la viva encarnación del aparato del partido, una adalid de la vieja guardia que dificulta la regeneración ideológica y generacional de los progresistas.
Pero la congresista por California está decidida a reconquistar el puesto con el que hizo historia en 2007, cuando se convirtió en la primera mujer estadounidense en presidir la Cámara Baja y, como consecuencia, la tercera persona en la línea de sucesión presidencial, por detrás del vicepresidente.