Vuelo turbulento
Pese a que varias encuestas anticipaban el triunfo de la opción Texcoco, sorpresa y estupor fueron las reacciones luego de la consulta de fines de octubre para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM); si se continuaba la construcción o bien, se optaba por la habilitación de la base militar de Santa Lucía, el actual aeropuerto y el de Toluca. El Presidente Electo informó que la “decisión racional, democrática” de los ciudadanos por desechar el NAIM ahorraría 100 mil millones de pesos y que su gobierno no iba a “estar al servicio de una minoría”. Concluyó señalando que la decisión (más política que técnica) la tomó el pueblo. La incertidumbre generada en los mercados financieros derivó en nerviosismo.
Las calificadoras Fitch Ratings y HR Ratings cambiaron la perspectiva de la deuda soberana del país de “estable” a “negativa” y Moody’s mantuvo sin cambio su perspectiva y advirtió que la decisión mandaba una señal de “incertidumbre”. No es fácil asimilar una noticia Presidente Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas de esta magnitud. Cancelar la obra de infraestructura más importante del país va a representar un costo de casi 110 mil millones de pesos, estimación que contempla lo ya invertido, lo ya cimentado y el avance de