Con una Argentina dividida, buscan la forma de aligerar la tensión para la ida del Boca-River
No hay duelo futbolístico en el mundo que se parezca al Boca Juniors-River Plate. Tiene a millones pendientes de su resultado, influye en el estado de ánimo y salud de sus hinchas por varios días, y ha provocado divorcios de parejas y peleas entre amigos y parientes. Una rivalidad tan apasionante que se verá potenciada a partir de mañana, cuando los dos clubes argentinos se enfrenten en el estadio la Bombonera en el primero de los dos duelos por la final de la Copa Libertadores, algo inédito en la historia del centenario torneo.
Boca aspira a ganar el séptimo título continental de su historia y así igualar el récord de su compatriota Independiente, apodado “Rey de Copas”. River ha ganado tres. El club xeneize ha definido siempre de visitante en la fase eliminatoria de la actual Libertadores. En cada serie, marcó dos goles de local. Guillermo Barros Schelotto, estratega de Boca, ganó tres Libertadores como jugador en 2000, 2001 y 2003. Su contraparte, Marcelo Gallardo, también lo consiguió en 1996, pero condujo a River a su tercer trofeo continental ya como entrenador en 2015. Sentados en la banca, Gallardo aventaja 3-2 en el historial de enfrentamientos. Su victoria más importante fue en marzo de este año en la final de Supercopa argentina. Los dos deberán tener especial cuidado con las amonestaciones. Entre ambos suman 10 jugadores
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