El camino del Brexit hacia el colapso del Reino Unido
“¿Cómo quebraste?”, pregunta un personaje de la novela de Ernest Hemingway, “Fiesta”. De dos maneras, detalla la respuesta: “Gradualmente y después de repente”. Poco a poco y de repente es la historia del La votación de 2016 para abandonar la Unión Europea (UE) ha consumido la energía, propósito e influencia internacional del Reino Unido. Sucedió gradualmente. Muchas personas todavía no se han dado cuenta. Ahora, de repente, el final está a la vista. Bien puede resultar ser algo peor que la bancarrota.
A lo largo de Whitehall, comités de funcionarios públicos del gobierno administrativo del Reino Unido están apresuradamente preparando planes de contingencia contra una emergencia nacional. El Servicio Nacional de Salud advierte que pudiera quedarse sin medicinas. Las aeronaves pudieran permanecer en tierra, las salas de operaciones bancarias cerradas. El puerto de Dover, el punto de entrada vital para las importaciones de alimentos, pudiera paralizarse. Los supermercados han comentado que sus estantes se vaciarían en unos cuantos días. Éstos representan sólo una muestra de los costos si el Reino Unido se saliera atropelladamente de la UE sin un acuerdo.
Al otro lado de la calle en Westminster, la política parece indiferente. Los parlamentarios conservadores de línea dura han estado recolectando firmas para forzar un voto de confianza en su propia primera ministra. El acuerdo de salida de la UE negociado por Theresa May, como lo han decla-
El gradual recorrido hacia la retirada se ha convertido en una repentina arremetida en busca de claridad y de conclusión
rado estos proponentes del kamikaze, aprisionaría al Reino Unido como “un estado vasallo”. Es mejor, ellos han concluido, intentar poner uno de los suyos como primer ministro, decirle adiós a Bruselas y salirse de la unión cuando se detenga el reloj del Artículo 50 a fines de marzo de 2019. El Reino Unido, han indicado, ha sido independiente anteriormente. Aunque desde un punto de vista diferente, el líder laborista Jeremy Corbyn comparte el odio por el proyecto europeo. El Sr. Corbyn — más interesado en involucrarse en la lucha internacional contra el imperialismo occidental liderado por EU que en lo que está sucediendo en el Reino Unido — sostiene que la UE es una conspiración capitalista contra los trabajadores. Los partidarios del
están atrapados en su nostalgia y añoranza por el imperio; el Sr. Corbyn está atrapado en su socialismo revolucionario de la década de 1970. Si todo esto no fuera tan extremadamente grave, sería ridículamente absurdo. En realidad, el mayor peligro es que lo absurdo oculte la gravedad.
El Reino Unido está desmantelando una relación económica y política con su propio continente que se ha estado desarrollando durante más de 40 años. La membresía en la UE está entretejida en el entramado de la nación, y ha sido un pilar vital de la política exterior.
El referéndum del dividió a las naciones del Reino Unido y a las comunidades dentro de ellas. Ha dado vida a un feo nacionalismo inglés y les ha dado un nuevo motivo de queja a los separatistas escoceses. Los jóvenes abrumadoramente votaron para quedarse dentro de la UE. Sucedió lo mismo con Escocia, con Irlanda del Norte, con Londres, con las otras grandes ciudades inglesas y con los profesionales adinerados. Los ancianos y los menos acaudalados de las pequeñas ciudades y de las ciudades provinciales (la mayoría en Inglaterra y en Gales) estuvieron a favor de salirse. El resentimiento no ha disminuido. La democracia parlamentaria ha sido distorsionada. La mayoría de los parlamentarios respaldaron permanecer dentro de la UE. Ahora
PHILIP STEPHENS