Macron busca el diálogo tras noche de caos
Protesta de “los chalecos amarillos” dejó un centenar de heridos y 400 detenidos
El mandatario descartó decretar el estado de emergencia, por el momento
Tras la peor noche de disturbios que ha vivido París desde 1968, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ordenó ayer a su primer ministro, Edouard Philippe, iniciar de inmediato conversaciones con líderes políticos y manifestantes que han convertido en las últimas semanas al país en un verdadero campo de batalla por el alza a los precios de las gasolinas.
A penas regresó de Argentina, donde el fin de semana participó en la Cumbre del G-20, el mandatario galo recorrió a pie varias cuadras, en medio de vehículos incendiados y tiendas saqueadas, hasta llegar al Arco del Triunfo, icono de la Revolución Francesa, seriamente dañado ´por una turba de “chalecos amarillos” que la noche del sábado se enfrentó a la policía antimotines, dejando un saldo de más de un centenar de heridos y unos 400 detenidos.
Allí, Macron prometió hacer pagar a los responsables que tapizaron el monumento con pintas exigiendo su renuncia, y ordenó el reforzamiento de la fuerza pública ante futuras protestas. Descartó, sin embargo, declarar el estado de emergencia, por el momento. La rebelión de los “chalecos amarillos” estalló el pasado 17 de noviembre como reacción contra los aumentos del impuesto al combustible, pero se ha extendido para exigir se cancelen otras modificaciones económicas, convirtiéndose en la peor crisis, hasta ahora, de la presidencia de Macron. El portavoz del gobierno, Ben-
EL SALDO.
jamin Griveaux, aseguró que el presidente está abierto al diálogo, pero dejó en claro que no revertirá las reformas. “No cambiaremos el rumbo. Estamos seguros de eso”, dijo. La policía señaló que más de 400 personas fueron arrestadas en París durante los disturbios del sábado y que 133 resultaron heridas, entre ellas 23 de las fuerzas de seguridad, además de que se dispararon granadas de aturdimiento y gas lacrimógeno.
El diálogo con los chalecos amarillos ha fracasado hasta ahora. El viernes, el primer ministro convocó a media docena de representantes. Sólo fueron dos y uno se dio la vuelta porque no se retransmitía en directo el encuentro. La esperanza del gobierno parece radicar en que los “moderados” del movimiento acepten alguna salida al ver que la protesta se les va de las manos. Un colectivo de ellos publicó ayer un desplegado en Le Journal du dimanche condenando la violencia. El texto se titulaba: “Queremos ser portavoces de una cólera constructiva”. Las reuniones con los inconformes no tienen aún un fecha y ya hay convocatoria para una nueva protesta el próximo sábado. Las manifestaciones se han extendido a todo el país como en el caso del túnel de Fréjus, en la frontera entre Italia y Francia, que se vió totalmente colapsado debido al bloqueo de este movimiento. Largas filas de camiones tanto a un lado como al otro de la frontera para enfado de algunos de los afectados, convulsionaron la zona.
“El presidente Macron está abierto al diálogo, pero no cambiaremos el rumbo. Estamos seguros de eso”