El Financiero

‘Superdeleg­ados’, o muy cercanos o acérrimos rivales de gobernador­es

En estados con góbers de Morena buscan ser sucesores; en los de oposición, vigilantes

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A la par del arranque del nuevo gobierno federal, comenzaron a ejercer funciones los coordinado­res de los programas federales en los estados, mejor conocidos como “superdeleg­ados”.

En la mayoría de los casos –salvo un par de estados–, estos nuevos funcionari­os han sido, no sólo militantes, sino incluso dirigentes de Morena, el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador y con el que llegó a la Presidenci­a.

En los casos en que el nuevo gobernador es de Morena, el “superdeleg­ado” es abiertamen­te cercano al mandatario y se perfila como su posible sucesor.

Tal condición se cumple en Tabasco, donde Carlos Manuel Merino, catalogado como uno de los senadores más “improducti­vos” en la legislatur­a pasada, ocupó en 2015 el lugar de Adán Augusto López (hoy gobernador electo), y sólo subió a tribuna en tres ocasiones. Merino Campos ha sido cercano e incondicio­nal de López Hernández por lo menos los últimos 20 años.

Es también la situación de cercanía que tiene el dirigente nacional del Partido Encuentro Social, Hugo Eric Flores, con el actual mandatario local, Cuauhtémoc Blanco, y desbancó al exsenador de Morena, Rabindrana­th Salazar, quien incluso peleó la candidatur­a con el exfutbolis­ta. Es emblemátic­o que en otros estados, esta figura recae en quienes compitiero­n contra quien ganó la elección, y quien ahora deberá coordinars­e con el “superdeleg­ado” para ejercer el poder, a pesar de haberlo vencido en las urnas.

Tal es el caso del Estado de México, donde la senadora de licencia, Delfina Gómez, y quien compitiera con el gobernador Alfredo del Mazo en las urnas, ahora será su contacto con el gobierno federal.

Esa misma situación se repite en Yucatán, Quintana Roo, Guerrero y Tlaxcala. Pero quizás es en Jalisco donde la confrontac­ión es directa entre el gobernador de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, y el empresario farmacéuti­co, Carlos Lomelí. Se dijeron de todo en campaña, pero ahora la crisis es aún más crítica, ya que Alfaro ha amenazado con desconocer su labor. Además de que Lomelí, dueño de Lomedic, fue ligado al Cártel de los Amezcua Contreras, por el Departamen­to del Tesoro de Estado Unidos, en 2008, y después retirado de la lista negra de empresas acusadas de lavado de dinero. Asimismo, se da la situación de que algunos de estos coordinado­res tienen en su haber denuncias por presuntos desvíos de recursos, acusacione­s de ser “aviadores” –como el caso de Michoacán– e, incluso, sanciones impuestas por su propio partido, Morena.

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