Martí Soler, la vida que corrió entre las galeras
El gran legado del exilio español a México es su impulso editorial, afirma el escritor, editor y catedrático Hernán Lara Zavala, en memoria de Martí Soler, quien falleció el pasado domingo a los 84 años. Aquí vivió desde los 13. El autor de Macho viejo recuerda al barcelonés como un caballero y una figura clave para el desarrollo cultural del país. “Fue esposo de Elsa Cecilia Frost, padre de Pablo Soler Frost. Una familia de intelectuales que vindican a México, al Fondo de Cultura Económica y a la literatura”, afirma.
Su hijo Pablo informó del deceso: “Mi padre, el poeta y editor Martí Vilanova Soler Vinyes falleció hoy en su casa en la madrugada. Sus hijos lo participamos con un profundo dolor”.
Para Lara Zavala, el exilio fue el gran bálsamo que la república española le dio a México. “Cuando Daniel Cosío Villegas fundó el FCE, se rodeó de los grandes editores españoles que habían venido por la Guerra Civil. Martí era heredero de ellos”. Pertenecía a la cuarta generación de escritores exiliados de origen catalán que escriben tanto en esa lengua como en castellano. Autor de una poesía esperanzadora, Soler publicó libros como Variaciones de voz y cuerpo y Tiempo de espera. Estudió arquitectura en la UNAM, fue profesor de tipografía en la Ibero, director de la revista del Orfeó Catalá y colaborador en diversas publicaciones como Pont Blau, Plural, El Gallo Ilustrado y Sábado.
Colaboró entre 1959 y 1966 en el FCE y después fundó -con Arnaldo OrfilaEditorial Siglo XXI, donde laboró hasta 1993. En 2003 regresó al Fondo como gerente editorial para actualizar el catálogo histórico.
El FCE difundió un mensaje de condolencias a la familia de quien fue “formador de varias generaciones de editores y figura clave en la historia de nuestra casa editorial”.