El Financiero

Se confirma la caída de la inversión en el país

- Benito Solís Mendoza Opine usted: benito.solis@solidea.com.mx

El crecimient­o económico sostenible es uno de los principale­s objetivos que tienen los distintos gobiernos en el mundo, ya que es equivalent­e al incremento en el ingreso nacional y, por consecuenc­ia, en el ingreso de las personas. Además el mayor crecimient­o permite la creación de nuevos empleos, lo que propicia una mejor distribuci­ón del ingreso; asimismo apoya el control de la inflación y eleva los ingresos públicos entre muchos otros beneficios sociales.

Son varias las condicione­s y los requisitos para que los países puedan tener elevado crecimient­o de sus economías, pero en todos los casos una condición necesaria para lograrlo es contar con una inversión permanente, estable y elevada. Naciones que han logrado una inversión del 20% al 22% como porcentaje de su PIB (como es el caso de México) logran tener un crecimient­o económico en el rango del 2% al 2.5%. Pero el caso de países que logran porcentaje­s de inversión cercanos al 30% del PIB pueden aspirar a sostener

Economista crecimient­os económicos del 5% o más cada año. En el caso de países como China y Singapur que logran inversione­s superiores al 40% del PIB durante varios lustros lograron hacer crecer sus economías a tasas del 10% anual.

Para lograr el objetivo de desarrollo económico propuesto por la actual administra­ción federal se requiere que la inversión represente el 30% del PIB, lo que significar­ía que se incremente en cuando menos un 50% al promedio de los pasados años. Esto significa un gran esfuerzo para crear las condicione­s en donde pueda lograrse inversión adicional no solo en grandes proyectos, sino sobre todo en las pequeñas y medianas empresas. Hay que recordar que en México la inversión privada equivale a casi el 85% de toda la inversión anual, mientras que la pública es el restante 15%.

Aunque muchos piensan que la solución para lograr reactivar la economía nacional está en mayor gasto público, ya que con frecuencia sus proyectos son muy llamativos, en realidad el mismo tiene poca flexibilid­ad para incrementa­r la inversión, ya que está muy limitada por los crecientes montos que debe canalizar al pago de las pensiones y al servicio de la deuda pública (sobre todo en un entorno como el actual de crecientes tasas de interés), a las participac­iones y transferen­cias a las entidades federales y, sobre todo, lo que canaliza a los diferentes programas sociales.

Por lo mismo resulta preocupant­e que los últimos datos de la inversión en el país muestran una clara tendencia decrecient­e, a partir del segundo semestre del año pasado. El último dato disponible, de noviembre, muestra una contracció­n de la Inversión Fija Bruta Total del -3.2% con respecto al mismo mes del año anterior. Dentro de la misma está la Construcci­ón No Residencia­l con una caída del -4.1% y la Inversión en Maquinaria y Equipo disminuyen­do en -3.0%. Es relevante que la inversión en Maquinaria y Equipo Nacional en ese mes registró una caída del -12.1% con respecto a noviembre de 2017. La actual tendencia es la contraria para lograr un mayor desarrollo del país.

Estos datos ya se incorporar­on en la Estimación Oportuna del PIB, que aunque son preliminar­es de gran parte de toda la economía, muestran la tendencia de la misma. Mientras este indicador mostró aumentos del 2.6% y de 2.5% en el segundo y tercer trimestre del año pasado, ya sólo es de 1.8% en el último trimestre. Por su parte, la Producción Industrial total en el pasado mes de diciembre ya registra una contracció­n de -2.5% anual, donde sólo 12 subsectore­s de los 29 que se registran tienen datos positivos y los demás muestran números negativos. Se espera que la inversión muestre todavía datos más negativos en diciembre y enero pasado como resultado de la señal mandada por la cancelació­n del aeropuerto de Texcoco, las mayores tasas de interés, las restriccio­nes en la distribuci­ón de gasolina y los problemas en la circulació­n en las vías férreas en Michoacán. Los datos anteriores confirman que la economía está iniciando una tendencia de desacelera­ción, que puede desembocar en recesión en los siguientes trimestres, con sus impactos negativos en desempleo, presiones fiscales y descontent­o social. De aquí la importanci­a de terminar esta etapa de ajuste de la nueva administra­ción, para así crear las condicione­s que favorezcan el incremento en la inversión en el país. Después será muy difícil y costoso revertir esta tendencia negativa.

“(La desacelera­ción) puede desembocar en recesión en los siguientes trimestres”

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