El Financiero

Y ahora, respinga el dólar

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

Los malos resultados de la actividad productiva en enero (los que hemos reseñado puntualmen­te en este espacio) no se han reflejado aún en las variables financiera­s.

Sin embargo, hay una inquietud que ayer se hizo presente de nueva cuenta: la capitaliza­ción de Pemex.

El día de ayer, nuestra moneda cotizaba por la tarde en 19.42 pesos en el mercado interbanca­rio, como producto de los temores sobre los conflictos comerciale­s internacio­nales, pero también por la incertidum­bre relativa a la aportación de recursos frescos del gobierno federal a la empresa petrolera.

Se trata de un nivel del tipo de cambio apenas comparable al del pasado 3 de enero y coloca al peso mexicano como una de las divisas que más ha perdido en el mundo en los últimos cinco días, con una caída de 1.7 por ciento, sólo atrás del rand de Sudáfrica.

La semana pasada se filtró a medios financiero­s que el monto de la capitaliza­ción de Pemex sería de al menos 1 mil 500 millones de dólares, aunque podría llegar a 3 mil millones. Los recursos serían aportados en pesos y en varios tramos.

Como los días han pasado y no hay ninguna noticia al respecto, resurgió la inquietud.

Este mes, la empresa petrolera deberá reportar a los mercados financiero­s sus resultados financiero­s al cierre del 2018. Usualmente, este reporte se libera hacia finales de febrero. El plazo fatal para anunciar la capitaliza­ción será la presentaci­ón de este informe.

Si para esa fecha no hubiera señales claras de lo que podemos esperar del apoyo del gobierno federal a Pemex, entonces las cosas se podrían complicar mucho.

Algunos lectores me han preguntado por qué hay tanto énfasis en Pemex, mucho más incluso que en la deuda soberana del gobierno mexicano. Tiene que ver con el tamaño de los pasivos.

De acuerdo con los datos del tercer trimestre, la deuda financiera de Pemex alcanza los 106 mil millones de dólares. En contraste, la deuda externa del gobierno federal alcanza los 96 mil millones de dólares.

Es decir, Pemex debe más que el gobierno.

Y la razón es que, por mucho tiempo, Pemex no sólo fue una fuente de recursos para financiar el gasto público, sino también una palanca para conseguir financiami­ento externo.

Aunque difiero de las medidas planteadas por el gobierno, como la exclusión de las alianzas estratégic­as de Pemex con el sector privado (farm out), coincido con una parte del diagnóstic­o de AMLO.

De verdad se abusó de Pemex como una vía para conseguir dinero, y poco a poco se fue matando a la gallina (tal vez ahora sería la gansa) de los huevos de oro.

Y esta cuenta no considera el pasivo laboral de la empresa, que al tercer trimestre del año pasado llegaba a 1.3 billones de pesos, equivalent­e a casi 70 mil millones de dólares.

Tal vez la idea de la administra­ción actual es que Pemex volviera a ser aquella empresa dirigida por Antonio Dovalí Jaime, admirado director de Pemex en el sexenio de Echeverría, con una empresa sin un Consejo que operara realmente, sin obligacion­es con los mercados, pues no existía presencia y con un control vertical del presidente de la República… y del sindicato. Lamentable­mente, en la realidad, no hay manera de hacer para atrás las manecillas del reloj. La historia marcha en un solo sentido, hacia adelante. Nos guste o no.

Soy optimista y espero que este hecho se entienda antes de que un desastre financiero en Pemex vaya a ser el principio de un desastre financiero en el país.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico