El Financiero

G20 2019 – Rescatando la globalizac­ión

- Gabriel Casillas @G_Casillas

Los ministros de finanzas y los gobernador­es de los bancos centrales de las 20 economías más grandes del mundo se reunieron el fin de semana pasado en Tokio, Japón. El objetivo de estas reuniones ministeria­les fue preparar la agenda para la cumbre que sostendrán los presidente­s de los países que conforman el G20 a fin de mes en Osaka, Japón (28 y 29 de junio). Cabe señalar que ésta será la decimocuar­ta reunión anual del G20. El año pasado la reunión anual se llevó a cabo en Buenos Aires, toda vez que fue Argentina quien presidió el G20 en el 2018 y el próximo año será Arabia Saudita quien liderará al grupo que concentra poco más del 85 por ciento del PIB global.

Considero que la reunión de este año va a ser la más importante que ha llevado a cabo el G20 desde 2008, cuando el grupo fue creado, ante la necesidad de crear una agenda coordinada a nivel global. La ola de populismo que sacude al mundo ha intensific­ado tanto la retórica, como las acciones en contra de la apertura comercial y migratoria, otorgándol­e en mi opinión, una altísima relevancia a la

reunión de este año, cuyo objetivo máximo ha sido dar cauce a una mayor globalizac­ión.

Así, al igual que en otras ocasiones, una delegación del Grupo Financiero Banorte estuvo presente en estas reuniones ministeria­les. En esta ocasión, visitando Japón, un país que tiene prácticame­nte la misma población que México, pero que vive en poco menos de un quinto de nuestro territorio y produce cuatro veces más PIB. Los asistentes al G20 se enfocaron en varios temas, pero considero que el más discutido fue cómo el presidente Trump osó utilizar herramient­as comerciale­s para temas migratorio­s. Adicionalm­ente, la otra discusión giró alrededor del razonamien­to detrás de esta decisión y lo que podría significar hacia delante.

Después de las elecciones intermedia­s en EU —que se llevaron a cabo en noviembre del año pasado—, todo parecía indicar que los incentivos para su presidente, Donald J. Trump, habían cambiado hacia una postura más conciliato­ria en vez de la agresivida­d mostrada por su postura anti-comercial y anti-migratoria experiment­ada hasta ese momento. Desafortun­adamente, esto cambió tras la decisión de Trump de levantarse de la mesa de negociació­n con China hace un par de semanas y ahora aún más después de la amenaza de imponer tarifas a todas las exportacio­nes mexicanas. Si bien en este último frente se ha alcanzado un pacto por el momento, el riesgo de estas amenazas ha cambiado la percepción de otros países de cómo poder alcanzar algún tipo de acuerdo con EU. En este sentido, el cuestionam­iento generaliza­do se dio en torno a los incentivos que podrá tener el presidente Trump para lograr su reelección el año que entra: Si éstos van a estar alineados con la racionalid­ad económica o con una política de infundir temor. Por un lado, si los incentivos van a estar más alineados con la racionalid­ad económica, las acciones emprendida­s por el presidente Trump no deberían generar una crisis económica durante la campaña de reelección, el año que entra. En este sentido, la postura hostil hacia China podría terminar en la reunión del G20 al cierre de este mes. Cabe mencionar que esta reunión se va a llevar a cabo después del 18 de junio, cuando el presidente Trump anuncie oficialmen­te su campaña de reelección en los Estados Unidos. Lo anterior cumpliría con dos objetivos: (1) Atraer la atención de los ciudadanos de corte más conservado­r en EU; y (2) evitar una recesión antes de lo previsto.

No obstante lo anterior, por otro lado, las discusione­s en Tokio también abordaron la posibilida­d de que Trump esté utilizando el “factor miedo” para ganar la elección en 2020. La idea detrás de esta posibilida­d está sustentada en la sabiduría convencion­al de que los estadounid­enses estarían más dispuestos a continuar con un presidente en funciones, independie­ntemente de sus preferenci­as partidista­s y circunstan­cia económica, en momentos de un conflicto significat­ivo. Si este es el caso, causar una recesión, incluso durante una campaña de reelección, dejaría de ser un problema. En este caso, la política reemplazar­ía a la racionalid­ad económica.

Por lo pronto, el levantamie­nto de la imposición de aranceles a las importacio­nes mexicanas me hace estar optimista de que será la racionalid­ad económica la que prevalezca. No obstante lo anterior, todavía hay incertidum­bre ante la posibilida­d de que regresen las amenazas o que escalen las diferencia­s entre los gobiernos de China y Estados Unidos, convirtién­dose así en una guerra comercial, que sin duda causaría una recesión económica global, tan pronto como este año. Ese no es mi escenario base, insisto, considero que la racionalid­ad económica imperará.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversioni­stas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF. * Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariam­ente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabi­lidad exclusiva del autor.

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