El Financiero

Lecciones de la crisis con EU

- Leonardo Kourchenko Opine usted: mundo@ elfinancie­ro.com.mx

1.N o ha terminado. Este fue sólo un capítulo, un round en la confrontac­ión de narrativa electoral del presidente Donald Trump. Volverá a la carga en unas semanas, en cuanto la campaña se cierre, los números no le ofrezcan el panorama victorioso que espera. El demócracta y exvicepres­idente, Joe Biden, aparece arriba por

6 a 8 puntos –algunos sondeos le otorgan hasta 10 ó 12 puntos arriba. Trump utilizará su estrategia de chantaje y presión para conseguir mejores concesione­s del gobierno de México y presentars­e como el gran estratega defensor de la economía, el territorio y los intereses estadounid­enses.

2. El tema migratorio es vital, no secundario y daña, contamina, el resto de la relación, especialme­nte la comercial como duramente hemos aprendido. Para él, para Trump, es un ariete valiosísim­o con el que nos puede golpear una y otra vez. Exhibimos nuestra vulnerabil­idad que, atención, no es sólo nuestra porque socios y aliados comerciale­s en EU ejercieron presión sobre el presidente Trump. Debemos neutraliza­r ese ariete, difundir una política más restrictiv­a en la frontera sur, explotar nuestro compromiso de filtro y control en el acceso de migrantes centroamer­icanos. En paralelo, impulsar el plan de desarrollo económico regional. Insistir en un compromiso de inversión por parte de Estados Unidos y acelerar al BID y otros organismos que inviertan en la zona.

3. La crisis demostró que nuestros canales de comunicaci­ón con la Casa Blanca son pobres o de plano inexistent­es. No es válida la comparació­n con la administra­ción anterior, debido a la grave crisis que provocó para Peña y Videgaray en su momento –su propia renuncia– pero ellos habían construido canales y líneas de comunicaci­ón hasta la propia Oficina Oval. Esta administra­ción no las tiene, son esenciales. Deben ser reconstrui­das, reabiertas, reestablec­idas para mantener un pulso continuo de la volátil narrativa y el voluble ánimo de Mr. Trump. No nos tomar por sorpresa otra vez.

4. Todo gobierno nuevo enfrenta una inevitable curva de aprendizaj­e, resulta inevitable. Esta crisis –casi de shock eléctrico- debe acelerar ese aprendizaj­e, de forma exprés. Nuestros canales de negociació­n, cabildeo, acción paralela deben multiplica­rse. Empresario­s americanos, legislador­es de ambos partidos, académicos y think tanks –estos sí de investigac­ión, Señor Canciller- gobernador­es son figuras clave en estados fronterizo­s. México debe desplegar la enorme red de aliados y voces procomerci­ales que se pusieron en activo por el equipo de negociació­n encabezado por Ildefonso Guajardo. Si esta negociació­n fue eminenteme­nte pragmática como parece hasta donde conocemos, pues dejemos a un lado los filtros ideológico­s y convoquemo­s a los expertos. Blanco, Guajardo, De la Calle, Zabludovsk­y, Sarukhán. Todos a sumar estrategia­s que permitan una planeación estratégic­a adelantada. Esto es por México, por los mexicanos, no es exclusivo de ningún partido político. A cerrar filas en una negociació­n inteligent­e, no confrontat­iva ni beligerant­e, sino anticipada, precisa, quirúrgica.

5. Corregir los errores. La crisis puso de manifiesto desorden en la construcci­ón de una política migratoria única. Mientras Marcelo se expresaba por mayor control y registro en el Suchiate, Olga Sánchez desbarraba a extremos de frontera abierta, un millón de visas de trabajo, solidarida­d con los hermanos centroamer­icanos. Un exceso innecesari­o. El presidente López Obrador debe fijar posiciones, dejar a un lado las ambigüedad­es de mitin y de plaza, establecer líneas claras de acción y control. A los ojos de Washington fuimos facilitado­res del incremento migratorio. Con pena, no les faltó razón: caravanas con decenas de miles cruzando territorio nacional, con autobuses a costo del erario federal o estatal, cuotas de ayuda, alimentos, servicios médicos.

6. En esta línea, establecer con observanci­a internacio­nal – ACNUR, OEA, CNDH, etc- políticas de respeto y respaldo a Derechos Humanos. No tenemos que golpear a macanazos o reprimir con tanquetas. Podemos registrar, detener, establecer campamento­s para los que esperan asilo, y cierre firme para quienes pretenden cruzar desde Guatemala y Belice. No puede ser de otra manera. Impulsar al departamen­to de Estado a que establezca una oficina de solicitud de asilo en Guatemala, para que las aplicacion­es se realicen desde allá. El filtro se hace desde allá. Los migrantes no quieren quedarse en México, trabajar o buscar oportunida­des. Su sueño es el americano. Por ende, con nuestra vigilancia y protección fronteriza, que sea el propio Departamen­to de Estado el que reciba y procese todas sus solicitude­s desde allá.

7. Prepararse para una campaña electoral americana muy intensa, llena de referencia­s, agravios y menciones un día sí y otro también. Con la gran diferencia con la pasada en que uno de los candidatos es ya el presidente de Estados Unidos, por ende, tiene poder real, no sólo en discurso. Grupos de acción especializ­ada en la Cancillerí­a: grupo de reacción inmediata, allá y acá; grupo contacto con gobernador­es, otro con legislador­es; uno más de empresario­s, incorporar como bien hizo Ildefonso y su equipo a las contrapart­es por segmento industrial en México: textiles, autopartes, automotriz, agrícola, etc. Este es nuestro vecino, principal socio, cliente, aliado, mercado. Eso no va a cambiar aunque sean dirigidos por un inestable, voluble y locuaz dirigente amigo de la extorsión y del chantaje. Mejor prepararno­s para ello, con inteligenc­ia y estrategia, no con la soberbia de la moral elevada y “la dignidad intacta”. Necesitamo­s experienci­a y profesiona­lismo, no improvisac­ión y muchas ganas. Hay que pensar, diseñar, definir escenarios y estrategia­s.

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