Desinversión de activos, estrategia ante incertidumbre
Las decisiones de desinversión o desincorporación de activos son estrategias que las empresas pueden asumir en periodos de incertidumbre para enfocarse en las operaciones en las que son más rentables, explicaron en entrevista los socios de Deals en PwC, Guillermo Garau y Manuel Iraola. Momentos de incertidumbre como los actuales, desde las perspectivas del inversionista, pueden ocasionar valuaciones menores de las empresas, sin embargo, crean un enfoque mayor por buscar hacia dónde dirigirse y en dónde se es más competitivo en el mercado.
“La ventaja de estas estrategias es que permiten reubicar los capitales para poder enfocarse en las prioridades que se tengan o para obtener liquidez, por lo que, una decisión de esta índole puede ser parcial o total”, dijo Garau.
Sobre el uso de este tipo de tácticas en la región, los consultores reconocieron que aún existe una gran brecha en su uso frente a mercados desarrollados, debido a que en estos las compañías se apoyan con especialistas para llevar a cabo los procesos que involucran un proceso de valuación, un plan de trabajo, de due dilligence, de estructuras fiscales y legales; a grandes rasgos un proceso especializado, de preparación y formal.
La dificultad más común es la falta de preparación, que afecta la credibilidad del negocio a venderse y eso es lo que ha pasado con el mercado latinoamericano, en el cual, incluso, se reconoce que no hay un conocimiento adecuado y esta situación ha afectado el valor de las transacciones. Algunas de las causas más comunes por las que se caen las operaciones son problemas de valuación, fiscales o cómo están contratados los empleados, lo que puede conllevar a un sobreprecio que está muy lejos de la realidad económica de la compañía.
Por ello, un proceso de este tipo puede tardar desde meses, hasta un año y debería ser pensado desde el desarrollo de la estrategia.