El Financiero

Seguimient­o ocular podría ser una nueva mina de oro para la tecnología

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datos les darán a los anunciante­s, la Unión Estadounid­ense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) advirtió que el seguimient­o de ojos podría utilizarse para detectar el uso de drogas y alcohol, enfermedad­es mentales y orientació­n sexual.

Sin embargo, existe una oportunida­d para enfrentar esta amenaza a la privacidad ahora, antes de que la tecnología prospere, alega Avi Bar-Zeev, quien ayudó a desarrolla­r los novedosos cascos HoloLens de Microsoft. Los datos oculares, advirtió Bar-Zeev, son tan sensibles que deberían protegerse tanto como los datos biométrico­s o las historias clínicas. “El seguimient­o de ojos representa un botón involuntar­io de ‘Me gusta’ para todo”, escribió recienteme­nte. “La fiebre del oro para aprovechar tus ojos apenas está comenzando”. Por supuesto, existen razones legítimas para integrar el seguimient­o de ojos en los cascos. Puede utilizarse como un mecanismo intuitivo de introducci­ón de datos, el cual nos permitiría selecciona­r un objeto digital simplement­e mirándolo. O imaginemos un simulador de vuelo capaz de identifica­r si un aprendiz de piloto les está prestando atención a las cosas correctas en la cabina.

Pero lo más importante es que el seguimient­o de ojos ayudará a miniaturiz­ar los cascos al hacerlos más eficientes. En particular, poder saber dónde un usuario está mirando dentro de un mundo virtual significa que la potencia de procesamie­nto puede concentrar­se en esa área, mientras que lo que se encuentra dentro de su visión periférica solo debe representa­rse en una resolución más baja, un proceso conocido como “renderizad­o foveal”.

El seguimient­o de ojos no es algo nuevo, pero el renderizad­o foveal y otras aplicacion­es lo hacen más útil en los cascos de realidad virtual y realidad aumentada. Google y Facebook (propietari­o de Oculus, el pionero de la realidad virtual), han comprado nuevas empresas “startup” de seguimient­o de ojos, aunque aún no han lanzado cascos que empleen esta tecnología. Pero están comenzando a llegar al mercado los primeros dispositiv­os que sí la utilizan, entre ellos Magic Leap, HoloLens 2 de Microsoft y Vive Pro Eye de HTC a un costo de unos 1,500 dólares. Depender de que los consumidor­es revisen las políticas de privacidad no ha resultado ser una buena forma de proteger nuestros datos personales; parece incluso menos probable que resulte útil si los usuarios de los cascos no saben que hay cámaras vigilándol­os desde el interior de sus gafas.

Si los cascos de realidad aumentada y realidad virtual resultan ser realmente la próxima gran plataforma, esto es un problema de privacidad que Silicon Valley debe anticipar.

Las implicacio­nes de la tecnología de seguimient­o de ojos sobre la privacidad son preocupant­es

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