Disturbios sacuden a Hong Kong por la ley de extradición
Los manifestantes se preparan a decretar una huelga general contra esa medida
La policía empleó gases lacrimógenos, pimienta y chorros de agua a presión contra los manifestantes que habían rodeado el edificio del gobierno para oponerse a la polémica reforma del sistema de extradiciones, convertida en un símbolo de las protestas sobre el creciente control chino y la erosión de los derechos civiles en el territorio. Los manifestantes arrojaron piedras, botellas, vallas de metal y otros objetos a la policía.
Según las autoridades, la refriega dejó más de 72 personas heridas, dos de ellas de gravedad.
Los manifestantes habían forzado la demora de un debate legislativo sobre las propuestas de reformar la normativa sobre extradiciones, que permitiría enviar a China para su juicio a sospechosos de delitos en Hong Kong, pero también de Macao y Taiwán.
La multitud, con una gran mayoría de jóvenes, llenó las calles cercanas, derribó barreras y se enfrentó contra la policía ante la sede del gobierno y las oficinas del Consejo Legislativo. Pero cuando pareció que algunos habían rebasado el perímetro policial en torno al edificio, la policía actuó para repelerlos, utilizando gases lacrimogenos y grandes chorros de agua. Algunos negocios cerraron y se convocaron paros laborales y huelgas estudiantiles.
Las protestas son un desafío para el gobernante Partido Comunista chino y su presidente, Xi Jinping, que dijo en el pasado que no toleraría que se utilizara Hong Kong como una base para desafiar la autoridad del partido. Las marchas también han permitido expresarse a los jóvenes hongkoneses que luchan por mantener su liberad y derechos democráticos.
En una breve conferencia de prensa mientras la situación escalaba en el exterior, el comisario de policía Stephen Lo Wai-chung describió la protesta como un disturbio. Eso podría suponer largas penas de prisión para cualquiera que sea detenido, agravando el temor a que el gobierno de Hong Kong esté utilizando las leyes contra la alteración del orden público para intimidar a los manifestantes. “Condenamos este comportamiento tan irresponsable”, dijo Lo. “No hay necesidad de lastimar a personas inocentes para expresar sus opiniones”, y añadió que la gente no debía “hacer nada que lamenten el resto de su vida”.
A su vez, el portavoz policial, Gong Weng Chun, defendió la decisión de emplear gases lacrimógenos y otras armas no letales para dispersar a los inconformes. Estos enfrentamientos recuerdan el Movimiento de los Paraguas de 2014, las protestas prodemocráticas que llevaron a miles de personas a paralizar durante dos meses barrios enteros de la ciudad y a enfrentarse a la policía, pero sin resultados palpables. Durante esas protestas más de 100 personas fueron detenidas.