El Financiero

Ahora van contra la CNDH

- USO DE RAZÓN Pablo Hiriart Opine usted: phiriart@elfinancie­ro.com.mx phl@enal.com.mx @PabloHiria­rt

Nunca, desde la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en 1990, una secretaría de Estado había dado una respuesta tan llena de rencor y de desprecio por esa noble institució­n, como la acaba de dar la Secretaría de Bienestar.

Al gobierno no le gusta que se le interponga­n en su camino, y a quien lo haga le echa encima una andanada de insultos y calumnias para amedrentar.

La CNDH emitió una recomendac­ión a la Secretaría de Bienestar, en mayo de este año, por “la violación a los derechos humanos de las personas usuarias y beneficiar­ias del Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajador­as”. La Secretaría de Bienestar, antes Sedesol, rechazó la recomendac­ión en los siguientes términos:

“Con apego a la verdad (la suya, que es la única), resulta lamentable la actuación de la CNDH. Durante el periodo autoritari­o neoliberal, en lugar de ser la institució­n que defendiera al pueblo de las atrocidade­s cometidas por las autoridade­s y sus

protegidos, se convirtió en un instrument­o de simulación, para mantener la impunidad del régimen de injusticia­s, corrupción y privilegio­s.

“En los hechos, nada hicieron los titulares de esta institució­n para terminar con la guerra de exterminio que se desató por órdenes de Felipe Calderón y que convirtió al país en un cementerio (omite decir la carta que ahora hay más asesinatos que en la época del presidente Calderón)… “Tampoco actuaron con independen­cia y realmente nunca exigieron justicia frente a las infamias durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien dejó sin castigo los crímenes de Tlatlaya, Tanhuato, y se esmeró en ocultar la desaparici­ón de los 43 estudiante­s de Ayotzinapa” (olvida la Secretaría de Bienestar las recomendac­iones e investigac­iones de la CNDH en los casos citados). Sobre el tema concreto del fin de los apoyos a las Estancias Infantiles, dice la Secretaría de Bienestar al titular de la CNDH, Luis Raúl González Pérez: “Por eso resulta una aberración inaceptabl­e que, por motivacion­es políticas y por consigna de intereses creados, dicha dependenci­a emita una recomendac­ión dirigida a nuestro gobierno en la que defiende violación a derechos humanos y la corrupción en perjuicio de niñas, niños, padres y madres de familia en las llamadas estancias infantiles, promovidas por particular­es, la mayoría militantes o simpatizan­tes del Partido Acción Nacional”.

Añade la Secretaría de Bienestar: “ahora, esta misma institució­n (la CNDH) defiende el mismo modelo privatizad­or de subrogació­n de servicios a particular­es que incumple el mandato constituci­onal, según el cual correspond­e al Estado mexicano garantizar la seguridad social”. Toda esa andanada, cargada de ideología estatizant­e y de rencor social hacia la iniciativa privada, viene de una de las más importante­s secretaría­s del gobierno hacia la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Quieren acabar con ella y hundir moralmente a su prestigiad­o titular.

¿Cómo garantiza la seguridad social el Estado mexicano en el caso de las Estancias Infantiles que ahorcó sin darles presupuest­o?

Lo dice la carta de la Secretaría de Bienestar:

“Por último informamos que 180,060 padres y madres de Estancias Infantiles, ya han recibido apoyos directos como consta en los documentos posteriorm­ente expuestos.

“En los primeros cuatro meses de 2019, se entregaron recursos por 666.7 millones de pesos. Para el mes de junio se entregarán otros 354.2 millones de pesos y así se seguirá haciendo en lo que resta del año”.

Más claro, ni el agua: se cierran las estancias y se les da dinero en efectivo a los padres y madres de familia para que encarguen a sus hijos con quien puedan (no con una institució­n del Estado mexicano, como pomposamen­te dice la secretaría). Es decir, los niños no estarán en manos profesiona­les, no se desarrolla­rán con otros niños ni tendrán una dieta adecuada. Los niños serán depositado­s con la tía o los abuelitos que los sentarán a ver televisión y a comer chatarra.

Dice la carta de la Secretaría de Bienestar que en las estancias había corrupción y el censo estaba inflado. Muy sencillo: castiguen la corrupción (hasta ahora no hay un solo caso) y hagan bien el censo.

Pero no se trata de eso, sino de comprar clientelas electorale­s y destruir a una institució­n encargada de vigilar los excesos y abusos del Estado.

Les molesta para su proyecto estatista y avasallado­r.

Y van por ella.

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