Un año de gobierno anti Slim y el error histórico ¿Q
ué se rompió entre Carlos Slim y Andres Manuel López Obrador, que el Presidente de la República tiene vetado al hombre más rico de Mexico para hacer negocios en el sector público?
Los familiares y amigos cercanos a Slim dicen que todo está muy bien, pero extraoficialmente en el gabinete comentan que AMLO no lo quiere en la nueva refinería de Dos Bocas, en la remodelación de las seis refinerías, en el Tren Maya y hasta en la CFE.
La comunidad internacional de negocios cercana a México no entiende el enfriamiento de la relación Slim-López y los miembros del Consejo Mexicano de Negocios, que preside Antonio del Valle Perochena, hacen muchas conjeturas, pero nadie sabe qué pasó.
En la comunidad libanesa creían que los Slim iban a estar cerca del Jefe del Ejecutivo, como ocurrió cuando López Obrador fue Jefe de Gobierno de la Ciudad, allá por el 2005.
Todos se equivocaron, por eso se interrogan: ¿qué pasó durante la campaña del año pasado? Una pregunta muy válida para plantearse hoy, que justo el Presidente “festeja” un año de haber ganado las elecciones, un festejo que muchos se están lamentando ya.
El mensaje es muy claro: la 4T no quiere cerca a los empresarios que apoyaron a los gobiernos neoliberales y crecieron a la vera de la mafia del poder, con apoyo de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
Slim sería emblemático… pero no el único. Y uno de los símbolos de esa etapa es también el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, el NAIM. Y ambas cuestiones tienen el mismo efecto: AMLO no los quiere, pero no puede desaparecerlos.
Desde la campaña, y en particular desde que ganó las elecciones hace exactamente un año, fue claro que la cancelación del NAIM era un hecho, a pesar de que muchos empresarios, analistas y ciudadanos apostaban por un cambio de señales, en vista de los millones de dólares ya comprometidos.
El accionar de AMLO, tanto en la campaña como en las semanas posteriores al 1 de julio, dieron lugar a equívocos, pérdida de confianza de inversionistas, la inhabilitación de Alfonso Romo como interlocutor válido con el nuevo gobierno y franco rompimiento entre los empresarios más poderosos y el presidente electo.
Cuando el mismo Slim, en un acto sin precedentes a lo largo
Andres Manuel López Obrador
Carlos Slim Alfonso Romo