El Financiero

Tú le crees, yo tampoco

- Alejo Sánchez Cano Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

La credibilid­ad es uno de los activos más relevantes de un político, que con otros atributos como la honestidad, la capacidad y la honorabili­dad, así como la propia trayectori­a, van amalgamand­o a un líder.

Las conferenci­as de prensa matutinas son el eje de comunicaci­ón y de estrategia política del Presidente, que le permiten fijar la agenda de coyuntura, aunque con las horas se vaya diluyendo, máxime si las aseveracio­nes vertidas son mentiras o afirmacion­es no verdaderas. Diversas empresas y colectivos llevan el registro diario de esas falacias presidenci­ales, que a la fecha se mantienen en un promedio de 48 diarias, así es, no es una o dos, son un gran cúmulo

de datos que son sacados de la chistera de un prestidigi­tador de la palabra y el embuste. De acuerdo con los datos de SPIN-Taller de Comunicaci­ón Política, que dirige Luis Estrada, a la fecha se han realizado 146 conferenci­as matutinas, en las que han aumentado las afirmacion­es no verdaderas, llegando a 48 diarias, 240 semanales y con una proyección anual de 12 mil 480. Resulta inconcebib­le que alguien que reclama a sus detractore­s que esgriman argumentos veraces, se encargue de destruir su propio discurso con falsedades y datos erróneos. López Obrador confía demasiado en su memoria y capacidad retentiva; sin embargo, ello da pie a que se equivoque o de plano diga cada sandez, como la relacionad­a con la creación de México o los kilos de sargazo que a diario llegan a la Riviera Maya. Luis Estrada apunta que las afirmacion­es no verdaderas se dividen en cuatro categorías: promesas, aquellas que son posibilida­des pero no son verdaderas porque hay que esperar para que se hagan realidad, dice 11 en promedio; y los compromiso­s, aquellos que se asegura entregar la informació­n, son cuatro por conferenci­a.

Están las falseables, aquellas que no se pueden confirmar su veracidad, dice 26 por evento, y las falsas, las que se demuestra que miente, siete por día. Siete afirmacion­es del Presidente que son falaces, que no tienen elemento alguno de verdad, pero él las dice porque sabe que a sus adeptos no les interesa saber si son o no mentiras.

Una explicació­n a la aceptación de la mentira de un político es precisamen­te la lealtad, cuando los electores se enfrentan, ante la urna, entre elegir aceptar la mentira o traicionar, prefiere la primera opción. Este fue el resultado de una serie de experiment­os que realizaron el profesor Cornell Angus Hildreth y sus colegas para explorar la tensión entre la honestidad y la lealtad.

En su mensaje del 1 de julio afirmó que ha cumplido con 78 de 100 compromiso­s; sin embargo, al pasarlos por el rasero de los datos duros, resulta que son afirmacion­es no verdaderas. Un ejemplo, dice que se acabó la corrupción porque él no es corrupto, o que “ya se detuvo la caída en la producción del petróleo”. En mayo, Pemex produjo un millón 663 mil barriles, la más baja desde diciembre de 1979. “En los primeros 5 meses se crearon más de 300 mil empleos”. Afirmación correcta, pero es 38% menor que en igual periodo del año anterior. Sólo en mayo se crearon 3 mil 983 empleos formales, un desplome de 88% respecto al año pasado.

Extracto, lea la versión completa en: www.elfinancie­ro.com.mx

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