El escándalo
Ayer sucedió todo. Imagino a los editores de las portadas de los medios nacionales chupándose los dedos; Javier Duarte acusando a Peña Nieto, “me dio dinero porque sintió culpa” ; Urzúa con una carta demoledora renunciando de la Secretaría de Hacienda; López Obrador nombrando a un desangelado y triste Arturo Herrera como el sustituto estrella; Gualberto Ramírez, un hábil funcionario de la SEIDO, aprovechando la ola y también tomando sus maletas; el abogado de Carlos Romero Deschamps y de otros destacados políticos, entre ellos el expresidente Peña, Juan Collado, detenido en un restaurante de la Ciudad de México, hace unas semanas disfrutaba con invitados VIP de la boda de su hija; más las que se acumulen. Yo tengo que enviar esta columna a una hora decente para no desesperar a mi editora, así que si sucede algo entre las 10 y 12 de la noche, favor de incluirla en esta lista de hechos increíbles que sucedieron un martes 9 de julio. Dicho esto, entiendo la relevancia de cada una de las notas, hoy aparecen en portadas, ocupan casi todas las columnas y son repetidas por todos los periodistas en los espacios de radio y televisión. Sin embargo, hay una que es más increíble que todas, una que es tan inverosímil que parece salida de una película de Luis Estrada, algo más aterrador que la propia Ley de Herodes, hablo de lo que sucedió la noche del lunes en Baja California.
La historia la cuenta la periodista Aline Corpus: “Bajo el argumento de evitar una carga a las finanzas públicas y al desarrollo económico de Baja California, el Congreso local aprobó ampliar el periodo de gobierno para la gestión de Jaime Bonilla, emanado de la coalición Juntos Haremos Historia, encabezada por Morena. De acuerdo con la iniciativa, presentada por el diputado morenista Víctor Manuel Morán, se planteó la ampliación de 2 a 5 años del periodo de gobierno estatal”. Lo que acaba de leer es real, el Congreso de Baja California, en unos minutos, convirtió el mandato de Bonilla en un periodo de 5 años; es uno de los hechos más absurdos que nos ha tocado vivir en nuestra pujante democracia, de pronto la decisión de cientos de miles de bajacalifornianos de salir a votar por un gobernador de dos años es atropellada por unos cuántos diputados, en su mayoría panistas. La votación fue de 21 a favor y 1 nulo. Pamela San Martín, consejera del Instituto Nacional Electoral,
En un día repleto de notas, no podemos perder de vista el despropósito legislativo entre PAN y Morena
calificó el hecho como un ‘escándalo’: “Atenta contra todas las reglas que nos hemos dado, contra nuestra Constitución porque que no puede aprobar posteriormente algo que modifique una circunstancia anterior; es decir, las reglas con las que fuimos a la elección del 2 de junio”, viola el Estado de derecho, está fuera de toda proporción, cambia el sentido de lo votado por los ciudadanos. De verdad, de las notas de ayer esto fue lo más increíble.
¿Por qué no mejor por 10 años o 15? ¿Qué sigue después de esta decisión y votación del Congreso de Baja California? Insisto, el hecho parece sacado de La dictadura perfecta, ¿y si les parece buena idea a los demás gobernadores? ¿Si de pronto se convierte en la nueva fiebre de los poderes locales? O peor aún, lo que imagina la consejera San Martín, “es como si mañana el Congreso aprueba una reforma para que el Presidente actual permanezca 10 años en la Presidencia”, sí claro, qué ridículo ¿verdad? ¿Verdad?
En un día repleto de notas que podrían ocupar la de ocho columnas, no podemos perder de vista el despropósito legislativo entre panistas y morenistas, así queda enmarcada en oro otra más de las historias que perfectamente podrían caber en el famoso libro México Bizarro 3.