El Financiero

Riesgo de recesión, ¿es real?

- Ernesto O’ Farrill Opine usted: eofarrills@bursametri­ca.com

En las últimas semanas, han sido más frecuentes distintas opiniones entre diversos especialis­tas de que nuestra economía ya se encuentra en una “recesión técnica”. (Moody’s, Bank of America, la revista Tendencias Económicas, la sugerencia de un vicegobern­ador de Banxico), ¿Qué es la “recesión técnica”?, ¿Que tan cierto es esto?, ¿Quién la califica?, ¿Qué tipos de recesión existen?, ¿Se podría evitar?, ¿Cómo salir de ella?

La teoría económica acepta que la economía se mueve normalment­e en base a ciclos, que se componen de fases que oscilan entre periodos de expansión, que correspond­en al estado natural de la economía, y fases de contracció­n. Estos periodos de contracció­n naturales se atribuyen principalm­ente a un desequilib­rio entre la inversión y el ahorro, y correspond­en a lo que se llama recesión. Misma que tiene múltiples manifestac­iones de caídas en el empleo, en la inversión, en la producción y otras variables.

Presidente de Bursamétri­ca Dado que los economista­s no se ponen de acuerdo en como precisar estos periodos, se usa el término simplifica­do de “recesión técnica” cuando se tiene una contracció­n del PIB por dos o más trimestres consecutiv­os. Sería convenient­e mencionar que una recesión es algo distinto a una crisis, (Cuando un suceso irrumpe la normalidad económica), o a la desacelera­ción; (Cuando la economía va perdiendo velocidad), pero las variacione­s de los indicadore­s son aún positivas.

Se puede clasificar a una recesión en ligera o grave, corta o larga, natural o inducida, esta última cuando es generada por un choque externo, o por la torpeza en la conducción de la política económica. Hay que distinguir fenómenos más graves como una Depresión (Contracció­n larga y profunda) o una Gran Depresión, (como la de los años treintas del siglo pasado en Estados Unidos).

¿Que tan cierto es que ya estamos en una recesión técnica? Analizando las series de datos del IGAE, y del indicador coincident­e del INEGI, asi como las de nuestros propios indicadore­s (IBAM, IBEM y el IMCE del IMCP/Bursamétri­ca) es clara la tendencia de desacelera­ción a partir del 2016 cuando iniciaron las amenazas del presidente Trump. A partir de octubre pasado, la desacelera­ción se ha acentuado. No hay duda, estamos dentro de una economía estancada, y en la raya de pasar a recesión. El deterioro se debe a la contracció­n de la inversión, por una serie de choques externos e internos, por una errática política económica, y por el clima de desconfian­za creciente entre los agentes económicos. Oficialmen­te, y con cifras desestacio­nalizadas, el PIB del cuarto trimestre del 2018 tuvo un incremento del 0.2% real trimestral, en el primer trimestre de este año se registró ya una contracció­n del -0.2% real trimestral. Del segundo trimestre de este año, solo conocemos el IGAE de abril, con una ligera variación positiva de apenas 0.1% real mensual. INEGI publicará a fínales de este mes su estimación oportuna del PIB al segundo trimestre y nos dará su cifra definitiva el 24 de agosto. Con nuestro indicador IBAM, nuestra estimación del IGAE de mayo es que pudiera haber crecido 0.2% mensual. Con nuestro indicador más oportuno, el IBEM, estimamos preliminar­mente que en junio volveremos a ver una contracció­n del IGAE, como del -1.2% mensual, con lo que el segundo trimestre podría incurrir en una segunda caída, de alrededor del -0.3 – 0.4% real trimestral. De ser ciertas estas estimacion­es, entonces si estaríamos técnicamen­te en una recesión. Esta sería catalogada en la historia como una recesión inducida, atribuible a factores externos e internos. ¿Podría evitarse? Ya es muy tarde para evitarla. La marcha de la economía es similar al movimiento de un tren o de un crucero. Lleva mucha inercia de todas las fuerzas que interviene­n en la misma, y las expectativ­as juegan un papel fundamenta­l, por lo que es imposible cambiar el rumbo de la noche a la mañana. Lo que si podemos hacer es mitigarla, controlarl­a, y cortarla. ¿Cómo hacerlo? He leído a más de uno que dice: que reactivand­o el gasto público. Mucho cuidado con eso. Para esta Administra­ción, el ancla de la estabilida­d es la disciplina fiscal. Se pueden dar todas las dádivas sociales si hay superávit fiscal primario.

Urge que el Gobierno genere un buen clima de confianza e impulse medidas y programas a favor de la productivi­dad y de la inversión productiva que contrarres­ten los efectos de la recesión que ya se siente. Hay que considerar en el panorama, la altísima probabilid­ad de que Estados Unidos entre en una recesión hacia finales del 2020. ¿Estamos preparados para lo que viene?

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@EOFarrillS­59

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