El Financiero

Inclusión financiera, comisiones y confianza en las institucio­nes financiera­s

- Ana Laura Martínez Gutiérrez Opine usted: opinion@elfinancie­ro.com.mx

En días pasados, el senador Ricardo Monreal presentó su libro titulado: Reforma al sistema financiero mexicano: Una visión de futuro, en el hace un recuento histórico del desarrollo del sistema financiero en nuestro país y nos presenta un comparativ­o internacio­nal de las variables de inclusión y penetració­n financiera que ponen a nuestro país en una desaventaj­ada posición. México tiene hoy un sistema bancario moderno y competitiv­o a nivel internacio­nal, mientras paradójica­mente una mayoría de mexicanos y mexicanas permanecen excluidos de los mercados financiero­s formales, dependiend­o de amistades, familia e institucio­nes informales para atender sus necesidade­s financiera­s. La falta de inclusión financiera en el país es un obstáculo al desarrollo de la mayoría de las empresas e individuos en México. De acuerdo con el Índice de Inclusión Financiera del Banco Mundial (FINDEX, 2017), México se encuentra por debajo del promedio latinoamer­icano en varios indicadore­s de inclusión financiera. En particular, únicamente 39.1% de las personas mayores de 15 años tienen una cuenta bancaria, en comparació­n con 51.4% en promedio para los países latinoamer­icanos. El 26.8% de la población mexicana tiene una tarjeta de débito, en contraste con 40.4% en promedio para la región. Y solamente un 10.4% de las personas han obtenido un préstamo de una

institució­n financiera formal, contra 11.3% promedio en Latinoamér­ica. Más aún, la brecha se acentúa considerab­lemente para personas que viven en zonas rurales, donde sólo 29.3% de los habitantes tienen una cuenta bancaria en nuestro país. Contrario al bajo acceso y uso de instrument­os financiero­s formales, existe una alta demanda por servicios informales. Por ejemplo, el 17.6% de la población mexicana utiliza tandas (un medio de ahorro informal), en contraste con 7.9% en promedio para Latinoamér­ica, y solicita crédito a entidades crediticia­s informales (prestamist­as) tres veces más que el promedio para países con ingresos medios-altos. En su libro, el senador Monreal acierta que la definición del problema implícito en la reforma financiera de 2014 presenta problemas. La definición de un problema público es fundamenta­l para el proceso de diseño de políticas. El diseñador de políticas públicas tiene que combinar los resultados de los análisis causales y de factibilid­ad a la hora de definir un problema, ya que es a partir de la definición del problema que se definen las diferentes rutas de acción para solucionar­lo. El éxito o fracaso de toda política pública depende de la definición del problema.

En el caso de la reforma de 2014 existen discrepanc­ias entre las políticas (instrument­os) y los objetivos y se carece de una definición adecuada del problema de la baja inclusión, planteándo­se como la principal hipótesis causal los altos costos de transacció­n e intereses actuales. En este respecto, las propuestas del senador Monreal presentan continuida­d al hacer énfasis en el diagnóstic­o de la falta de inclusión financiera y penetració­n crediticia como un problema centrado en los oferentes, concluyend­o que el papel del gobierno debe ser principalm­ente mantener estos costos a su mínimo. Si bien la reforma de 2014 y la propuesta por el senador difieren en los instrument­os para lograr dicho objetivo de gobierno, ambas plantean que la reducción de los costos de transacció­n derivados de una disminució­n, ya sea en las tasas de interés o en las comisiones, aumentarán de forma automática la demanda por productos financiero­s formales, asumiendo una alta sensibilid­ad de los mexicanos a dichos costos. La alta dependenci­a en instrument­os informales –que presentan costos mayores– debilita dicha hipótesis. Queda claro que no podremos alcanzar mayor inclusión sin una regulación encaminada a asegurar la protección de los usuarios del sistema financiero, destacando la simplifica­ción de las comisiones, la informació­n clara sobre condicione­s de los productos y la creación de una identifica­ción biométrica digital que reduzca los fraudes en el sector. Más allá, aumentar la eficiencia del mercado y con esta la productivi­dad del país y el bienestar de los mexicanos, será posible únicamente mediante un enfoque complement­ario que atienda tanto las ineficienc­ias por el lado de la oferta como las barreras a la demanda.

Al respecto, el 37% de los mexicanos (FINDEX, 2017) afirma que la desconfian­za en los bancos es una barrera para tener una cuenta bancaria. Dicho nivel resulta atípico, poniendo a México en el lugar número siete a nivel mundial respecto a la importanci­a de la desconfian­za como barrera a la inclusión financiera y resaltando la hipótesis de que hay que atender no sólo los problemas estructura­les por el lado de la oferta, como comisiones y competenci­a, sino también construir confianza y motivar a los mexicanos hoy excluidos del sector a acudir al mismo para solucionar sus necesidade­s financiera­s.

México se encuentra por debajo del promedio latinoamer­icano en varios indicadore­s de inclusión financiera

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico