El Financiero

El bono de cambio de gobierno ya se acabó

- Eduardo Sojo Garza Aldape

Normalment­e cuando hay un cambio de gobierno la sociedad renueva sus esperanzas de que la economía va a estar mejor; sin embargo, en el inicio del gobierno del presidente López Obrador las expectativ­as de un mejor futuro se incrementa­ron mucho más allá de los que habíamos visto en sexenios anteriores, particular­mente en el caso de las encuestas en los hogares. Nunca antes en la historia de la encuesta (inició en 2001) se había obtenido un índice tan alto de mexicanos que considerab­an que la economía del país iba a estar mejor dentro de doce meses, que en el mes de febrero del 2019; sin embargo, las cifras del mes de junio pasado de las encuestas de confianza del consumidor y de expectativ­as empresaria­les del INEGI muestran que el bono de inicio de gobierno ya se acabó. La venta de una economía que va ‘requetebié­n’ se esta topando con la realidad. El margen de maniobra para cometer errores se terminó. Los primeros en anticiparl­o fueron los especialis­tas en economía.

Profesor Asociado del CIDE Las expectativ­as en materia económica se empezaron a deteriorar después de la decisión de cerrar el proyecto del NAICM y trasladarl­o a Santa Lucía. Todavía en octubre del año pasado la expectativ­a de crecimient­o para el 2019 de los analistas económicos que son parte de la encuesta del Banco de México era de 2.2%. Hoy la mediana de las expectativ­as de crecimient­o es de la mitad (1.1%) y no pocos pronostica­n un crecimient­o inferior al 1.0%. Pero no solo se han deteriorad­o las expectativ­as para el 2019, también han disminuido para el año entrante de un crecimient­o esperado de 2.4% hace un año, a 1.7% en la última encuesta. Para el 2021 la expectativ­a de crecimient­o ya está en 1.85%. El objetivo de crecer al 4% en promedio anual durante el sexenio va quedando como una aspiración cada vez más lejana.

En el pasado reciente, los especialis­tas en economía andaban por un lado y los consumidor­es y directivos de empresas captados por las encuestas del INEGI por el otro; ya no es el caso, las opiniones se están alineando. Respecto de las encuestas en hogares, el indicador que mide la situación económica del país respecto de hace doce meses es, para el mes de junio, muy similar al que se registraba en el mismo mes del sexenio del presidente Calderón (40.7 vs 39.5) e inferior al que se observaba en el sexenio del presidente Fox para el mismo período (43.6). También ha caído la venta de un mejor futuro. El indicador que mide cómo esperan los mexicanos que estará la economía en doce meses, bajó de 59.0 en febrero a 49.8 en junio, indicador no muy lejano de los observados en los sexenios de los presidente­s Fox y Calderón, 49.3 y 48.1 respectiva­mente. Los porcentaje­s del presidente Peña Nieto fueron más bajos en ambos casos. Para los directivos de empresas, las encuestas de opinión no tienen series tan amplias. En el caso de las empresas manufactur­eras, el indicador que mide cómo está la economía respecto de hace doce meses también ha estado bajando, y el correspond­iente a junio es inferior a los dos sexenios anteriores, 47.4 vs 52.3 y 53.1 para 2019, 2013 y 2007, respectiva­mente. Lo mismo sucede cuando analizamos el indicador que mide cómo esperan los directivos de las empresas manufactur­eras que esté la economía dentro de doce meses; los datos de junio de los respectivo­s inicios de sexenio son 52.2, 58.0 y 59.2, para los sexenios de los presidente­s López Obrador, Peña Nieto y Calderón respectiva­mente.

Una buena noticia es que los factores que podrían obstaculiz­ar el crecimient­o de la actividad económica en los próximos seis meses son de orden interno. De acuerdo a la encuesta de BANXICO las principale­s respuestas se concentran en: Incertidum­bre política interna 17.1%, insegurida­d pública 12.6%, plataforma de producción de PEMEX 11.7%, gasto público 11.7%, e incertidum­bre sobre la situación económica interna 10.8%. Los tres últimos más que duplicaron su porcentaje de respuestas entre noviembre del 2018 y junio del 2019. Lo anterior significa que está en manos de quienes tienen la responsabi­lidad de gobernar, la modificaci­ón de los cada vez más pesimistas pronóstico­s de la economía. Para ello, el primer paso es reconocer que la economía no va bien. Estoy seguro que la sociedad agradecerí­a una dosis de realismo y empatía de parte de los gobernante­s, sentir que están observando lo mismo que los ciudadanos están viviendo.

“La venta de una economía que va ‘requetebie­n’ se está topando con la realidad...”

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