Rechazan medida
cisión, en poco más del 50 por ciento, mientras que los priistas lucen un poco más divididos al respecto, aunque con tendencia al rechazo.
Entre las preocupaciones centrales en torno a la decisión del Congreso estatal están los puntos de vista de que se viola la Constitución y se vulnera la democracia. Pero es factible que la medida también pudiera influir en las percepciones de los ciudadanos respecto a la cuarta transformación, más allá del caso local. Según la serie de encuestas del estudio Latinobarómetro, en varios países de América Latina, uno de los principales factores que se relacionan con la satisfacción e insatisfacción con el funcionamiento de la democracia es si los gobiernos gobiernan para todos o para unos cuantos. Según la reciente encuesta de El Financiero, el 17 por ciento de los mexicanos entrevistados opina que la decisión del Congreso de Baja California de ampliar el periodo de gobierno representa la voluntad de la mayoría de la gente, mientras que el 72 por ciento opina que ésta refleja los intereses de unos cuantos.
Si los hallazgos del Latinobarómetro se confirman en este caso, la decisión del Congreso bajacaliforniano efectivamente podría provocar sentimientos de malestar e insatisfacción con el funcionamiento del sistema político. Vale preguntarse si el efecto local pudiera tener resonancia a nivel nacional en un momento en que el presidente López Obrador ha nutrido la percepción de que su gobierno gobierna para todos y no solamente para unos cuantos. El presidente López Obrador no manifestó una postura clara y contundente respecto a Baja California, pero el liderazgo de Morena sí fue muy enfático en su apoyo. La presidenta de Morena justificó la ampliación de la gubernatura “porque así lo ha pedido la gente”. Pero ese no es el caso, según revela la encuesta nacional de El Financiero, así como una encuesta estatal del periódico Reforma, que registra 54 por ciento “en contra” de la ampliación del periodo. Es Baja California vs. el pueblo.
En el comentario político se especula que el “experimento” del estado fronterizo podría ser un precedente a nivel nacional. Eso está por verse, pero en términos de opinión pública hay que estar pendientes de si la gente sigue las señales del Presidente y su gobierno de que gobiernan para todos, o si Baja California contribuye a fortalecer la longeva creencia de que en México se gobierna para unos cuantos intereses. Revertir la medida podría abonar a una narrativa democrática favorable al Presidente, su gobierno y su proyecto.