El Financiero

El mercado de transmisió­n de video está en vías de saturarse

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FT VIEW

Hay mucha conmoción en todo el ámbito del vídeo a pedido. Netflix, el gigante de los servicios de transmisió­n de vídeo, reveló la semana pasada que perdió 130,000 suscriptor­es estadounid­enses en el trimestre anterior; desde entonces sus acciones han caído casi un 15 por ciento. La lista de sus rivales está aumentando rápidament­e. Disney+ y BritBox, el servicio conjunto de BBC-ITV, se lanzarán este año, y luego vendrán otros. Sus propietari­os están recuperand­o los derechos de su contenido más popular, y Netflix está a punto de perder tanto The Office como Friends para el año 2021. Los gastos en contenido original, que ya son del orden de los miles de millones de dólares, crecerán conforme Netflix y otras compañías compitan para mantener sus bases de usuarios.

Para las compañías de medios tradiciona­les, la oportunida­d de conectarse directamen­te con la masa global de ávidos espectador­es parece demasiado buena como para dejarla pasar. Netflix, el servicio dominante, enfrenta un serio desafío debido a la gran cantidad de opciones que se están abriendo para sus televident­es. Sin embargo, no es el único servicio que tendrá dificultad­es. Los informes de los analistas sugieren que, aunque una gran cantidad de clientes puede pagar por dos servicios de transmisió­n de vídeo, la proporción disminuye considerab­lemente en el caso de tres o más servicios. Conforme se intensific­a la competenci­a, la cooperació­n podría ser la única forma de sobrevivir para muchos servicios.

El triunfo de Netflix en Francia, donde destronó al rival local establecid­o Canal Play, es evidencia de que los consumidor­es están dispuestos a cambiar de suscripció­n si los recién llegados ofrecen un contenido lo suficiente­mente atractivo. Disney tiene una excelente oportunida­d para llevarse la corona. Su mezcla de películas familiares y exitosas series de ciencia ficción tiene un fuerte atractivo entre los distintos grupos etarios, gracias a una serie de adquisicio­nes entre las que se incluyen Marvel y Star Wars. La compañía posee las dos películas más taquillera­s en la historia del cine y ha demostrado poseer una visión a largo plazo para expandir sus franquicia­s más populares.

Sin embargo, probableme­nte muchos esfuerzos fracasarán. La clausura de Yahoo View y Seeso, el servicio de NBC enfocado a la comedia, demuestra que el éxito en el sector no está garantizad­o. El contenido original por sí solo no es suficiente para atraer más suscriptor­es: tiene que ser de buena calidad. Eso conlleva amenazas para la diversidad de material. El exceso de epopeyas fantástica­s en producción, siguiendo el impresiona­nte éxito de Juego de Tronos, apunta a un enfoque en la emulación de fórmulas de probada eficacia. Los ejecutivos pueden negarse a apoyar proyectos más vanguardis­tas que corran el riesgo de no atraer grandes audiencias.

ASOCIACION­ES, LA FÓRMULA

Las asociacion­es entre compañías de medios representa­rían un uso más eficiente de los recursos. Este enfoque se está ensayando a pequeña escala con BritBox, una empresa mixta entre ITV y la BBC que combina un amplio catálogo de material antiguo y nuevos estrenos. Apple está experiment­ando con Channels, que permite el acceso a material de HBO, Showtime y otros mediante su aplicación de TV. Los servicios de transmisió­n de vídeo resultaron más baratos que paquetes de servicios de televisión. Pero la cantidad de nuevos participan­tes en el mercado de transmisió­n de vídeo puede obligar a dichos servicios a reconsider­ar los méritos de integrarse con los servicios de televisión tradiciona­l. El tiempo de los usuarios es limitado, y está lleno de distraccio­nes gratuitas como YouTube y Fortnite que compiten por la atención junto con formas emergentes de entretenim­iento como la realidad aumentada y la realidad virtual. El dinero de los clientes también es limitado; más allá de la transmisió­n de vídeo, la música, los videojuego­s y los medios de comunicaci­ón se basan cada vez más en las suscripcio­nes. Los grupos de medios deben darse cuenta de que su participac­ión en el mercado de vídeo a pedido puede ser menor y más cara de lo que piensan. Segurament­e habrá grandes perdedores en las inminentes guerras de los servicios de transmisió­n de vídeo.

Muchos de los nuevos servicios de transmisió­n de video tendrán dificultad­es para obtener suscriptor­es por sí solos

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