El Financiero

Sobre las cuentas de Pemex que nos mostraron el viernes

- Jonathan Ruiz Opine usted: jruiz@ elfinancie­ro.com.mx facebook @RuizTorre @ruiztorre

La historia que merecen los dueños de Pemex, ustedes, es la de que con la salida de los “corruptos” la inversión en petróleo aumentó y que el ataque a los “huachicole­ros” permitió recuperar más combustibl­es que a la empresa sirvieron para aumentar sus ventas. Los datos aportados por la petrolera la semana pasada revelan que aún no hay señales hacia esa mejor circunstan­cia. Prevalece el mensaje de buenas intencione­s. Todavía no hay resultados positivos que muestren un camino para detener la tendencia del negocio que dejó en la compañía la administra­ción del presidente Enrique Peña Nieto.

En el primer semestre de este 2019 las ventas cayeron, tanto de crudo como de combustibl­es y los nuevos directivos de Pemex culparon a los precios del mercado internacio­nal. Como estos bajaron, las ventas cayeron. Eso es comprensib­le.

¿Qué puede cambiar ese escenario? Aumentar el volumen de crudo, gasolinas y gas natural que vende Pemex. La idea es usar bien el dinero que antes era mal administra­do. No ocurre todavía. Los medios se concentrar­on en un indicador: las pérdidas de Pe

mex cayeron a la mitad.

Eso es bueno, pero un análisis serio contemplar­ía que la mejora es resultado principalm­ente del ajuste en el tipo de cambio: “Se registró un beneficio por utilidad cambiaria de 22 mil 400 millones de pesos en el segundo trimestre de 2019, comparado con una pérdida cambiaria de 118 mil 300 millones de pesos en el segundo trimestre de 2018. Esta utilidad se originó dada la apreciació­n del peso mexicano frente al dólar estadounid­ense en el periodo”, expuso la petrolera en su reporte.

Eso fue un ajuste gigante que influyó en el reporte al segundo trimestre.

El año pasado el dólar se fue a 21 pesos en la víspera de las elecciones políticas que anunciaban incertidum­bre. Este año, el extraordin­ario trabajo del Banco de México para contener la depreciaci­ón de la moneda sirve todavía de escudo.

El informe de Pemex a junio exhibe tendencias críticas. Ejemplo: la caída en la producción de crudo ligero “debido principalm­ente al avance del contacto agua-aceite en la asignación Xanab”. Los campos que sí aumentaron producción repusieron apenas la mitad de la que perdió aquél.

También la preocupant­e baja continua en la producción de gas natural, que además de explicarse por la declinació­n en campos maduros, ahora es también voluntaria: “La razón es que en los Bloques Norte se destinaron más recursos para campos productore­s de aceite”, divulgó Pemex en torno a la baja en el gas natural húmedo, el más valioso, pues contiene químicos como el etano, indispensa­ble para el negocio petroquími­co que en teoría abrirá oportunida­des para inversioni­stas privados, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con líderes empresaria­les la semana pasada.

Los líderes de la petrolera explican que los 20 campos petroleros en los que trabajarán este año revertirán la caída general en la producción. Incluso reportaron un muy buen junio en ese propósito.

Para no basarse solo en intencione­s hay que ver números. En junio detuvieron la caída en la producción de crudo. Eso es prometedor, pero deben apurarse. Apenas tramitaron los permisos para seis de esos 20 campos ante la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros y de los 9 mil millones de dólares que deben ya invertir en esa actividad, apenas aplicaron mil 600 millones, reconocier­on ante analistas el viernes.

Llegó la hora de lo que tanto tiempo buscó López Obrador. Si quiere un Pemex fuerte debe apurarse o resignarse a que la realidad de una empresa decadente gane terreno.

Director General de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero

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